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Carlos Rodríguez Braun

Compartir o robar

Si la humanidad ha dejado atrás las cavernas es porque Tamayo no tiene razón

Juan José Tamayo, el teólogo idolatrado por El País, exhorta: “¡Comparte los bienes! Tu acumulación genera el empobrecimiento de quienes viven a tu alrededor”. Comprendo que bobadas como esta regocijen al pensamiento único, que no percibe que son falsas y reaccionarias.
 
No hay falacia económica más antigua que la asociación entre riqueza y pobreza, que sostiene que no hay forma de enriquecerse sin empobrecer a alguien, que toda prosperidad supone miseria, que no puedo ganar un euro sin robárselo a otro. En pura lógica, si esto fuera así, la humanidad jamás habría podido prosperar: en los llamados juegos de suma cero, donde uno sólo gana si algún otro pierde, la suma total es siempre la misma. Si la humanidad ha dejado atrás las cavernas es porque Tamayo no tiene razón: no es verdad que tu acumulación genere el empobrecimiento de quienes te rodean. Al contrario, si la humanidad sólo hubiese compartido y jamás hubiese comerciado, seguiríamos en las cavernas.
 
Pero hay algo más. Esa falacia no tiene nada de progresista, y los antiliberales de toda laya la han creído a pies juntillas. Por ejemplo, Eva Perón sostiene en La razón de mi vida, que si nos sobra una moneda en el bolsillo es porque a alguien le falta. Y no faltarán más citas de grandes personajes del fascismo que aplaudirían entusiastas las tesis de Juan José Tamayo, ante su desasosiego y el del coro del pensamiento único que lo jalea en El País.
 
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