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Antonio López Campillo

El amor ciega

Gracias a estos arabistas comprendemos el enorme influjo maléfico de los Estados Unidos y de Europa en la Historia del mundo musulmán

Los investigadores, los especialistas suelen amar profundamente el objeto de sus estudios. A veces este amor es tan fuerte que se vuelven miopes y así ven algo borroso los entornos de sus temas amados. Lo mismo que les pasa a los amantes con los objetos de su pasión.
 
Recientemente en un diario de gran difusión arabistas españoles han señalado la responsabilidad de Occidente en lo que ellos llaman la “lectura exacerbada” del Corán que ha conducido a la aparición de los islamistas radicales. Así el enfado que les produce el actuar de las potencias occidentales les obliga a interpretar los textos del Santo Corán en un mal sentido. Por ejemplo el texto de la aleya 5 de la sura IX dice: “Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores dondequiera que los encontréis...”, según esos arabistas en el caso de una lectura no exacerbada del Corán, la palabra “matad” significa dar un capón y recriminar seriamente al asociador. Las acciones del mundo occidental hacen que “matad” se interprete como “quitar la vida”.
 
Gracias a estos arabistas comprendemos el enorme influjo maléfico de los Estados Unidos y de Europa en la Historia del mundo musulmán. Sin duda este influjo explica las matanzas de todos los hombres de aquellas tribus que no aceptaron someterse al Profeta y la venta, como esclavos, e las mujeres y los niños de esas tribus indóciles.
 
Presentamos un texto, algo largo, del Santo Corán para que el lector haga una lectura “exacerbada”, y otra no y compare.
 
Sura II, aleyas 190-192
 
“190 Combatid por dios contra quienes combaten contra vosotros, pero no os excedáis. Dios no ama a los que se exceden”
 
“191 Matadles donde deis con ellos, y expulsadles de donde os hayan expulsado. Tentar es más grave que matar. No combatáis contra ellos junto a la Mezquita Sagrada, a no ser que os ataque allí. Así que, si combaten contra vosotros, matadles: esa es la retribución de los infieles”
 
“192 Pero si cesan, Dios es indulgente, misericordioso”
 
El texto anterior se ha tomado de la edición del Corán preparada por Julio Cortés, Ed. Herder, Barcelona 2002. Se ha consultado la traducción de J. Vernet, Editorial Optima, Barcelona 2000, y las diferentes traducciones al francés y al inglés. Según las traducciones la numeración de las suras y las aleyas puede ser ligeramente diferente.
 
Otra texto, edición J. Vernet, para leer con o sin exacerbación: Sura IV, aleya 93.
 
“Encontraréis a otros que desean vivir en paz con vosotros y con sus gentes. Siempre que insistan en la tentación para apartaros de vuestra fe, serán rechazados. Si no se apartan de vosotros, ni os ofrecen sumisión, ni dejan en reposo sus manos, entonces, cogedlos, matadlos donde los encontréis. Os damos sobre esos un poder manifiesto”.
 
Y nada más por hoy.
 
“Alabanza a Dios, Señor de los mundos.
 
El Clemente, el Misericordioso...”

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