En los últimos días han visto la luz en “La Primera” de TVE dos programas de los anunciados como novedades de la programación de otoño: “De cerca”, dirigido por Baltasar Magro y “Esto es vida”, conducido por Juan Ramón Lucas. En ambos se ha podido apreciar que hay una gran dosis de improvisación, junto a la necesidad de hacer autopromoción de la cadena pública. Baltasar Magro quería tener como modelo la entrevista larga, que acaba siendo histórica, que hacía Soler Serrano hace décadas en TVE. Anunció una serie de nombres en cartera, e incluso parece que estaba previsto una entrevista con Simeón de Bulgaria, pero en su lugar apareció Carmen Posadas, que acaba de sacar un libro sobre perfiles de mujeres, “La sombra de Lilith”, y que va presentar pronto un programa de entrevistas a destacadas señoras en “La 2” de TVE.
La entrevista fue amena, y Carmen Posadas estuvo suelta, juiciosa y correcta, pero no puede decirse, salvo que el mundo nos sorprenda, que este programa pase a la historia de la televisión o la literatura. Más bien quedará como un ejemplo de solución de circunstancias destinado a popularizar los nuevos rostros de la cadena pública en un momento en el que se están improvisando los cambios y tanteando la audiencia.
Algo parecido ocurre con “Esto es vida”, que recoge la experiencia de Juan Ramón Lucas en “Todo Madrid”, de TeleMadrid, pero que tontea con los temas del corazón y se estrenó con la promoción de la vuelta de “Cruz y Raya” en TVE. De nuevo nos encontramos con una prueba en la que no se corresponde lo que se anuncia como esquema del magazine con lo que finalmente se ofrece. En un plató bastante más desangelado que los programas de la competencia como “A tu lado” o “El diario de Patricia”, contó con la presencia del hermano y cuñada de Rocío Jurado, que van a participar varios días –la sobrina estaba al mismo tiempo en Telecinco– lo que nos hace pensar que, aunque el estilo sea diferente, los temas del corazón van a tener un protagonismo especial. Lucas es un tipo simpático y llano, pero quizá hay un punto en el que el programa chirría: el personaje de Florinda, interpretado por la actriz Rosario Pardo, de “Cuéntame cómo pasó”, representa una especie de “maruja” que revisa la prensa rosa con una caricatura que puede resultar denigrante en estos tiempos de reivindicación feminista, siquiera de cara a la galería.