El siguiente texto es la respuesta que ha enviado el autor a un lector, cuya identidad prefiere no revelar para evitarle posibles problemas, que le escribió un mensaje referido a su artículo Stallman odia la libertad.
Estimado amigo:
Quiero empezar agradeciéndole que sea la primera persona que se molesta en escribirme un mensaje, y además muy correcto, para puntualizar mi último artículo. He visto que se ha desatado contra mí, y contra el periódico con el que colaboro, una campaña de ataques en diversos sitios españoles y suramericanos a raíz de dicho texto. Por eso agradezco que alguien se moleste en ponerse en contacto conmigo en vez de insultarme y tergiversar todo lo que yo he escrito.
Quiero empezar agradeciéndole que sea la primera persona que se molesta en escribirme un mensaje, y además muy correcto, para puntualizar mi último artículo. He visto que se ha desatado contra mí, y contra el periódico con el que colaboro, una campaña de ataques en diversos sitios españoles y suramericanos a raíz de dicho texto. Por eso agradezco que alguien se moleste en ponerse en contacto conmigo en vez de insultarme y tergiversar todo lo que yo he escrito.
Creo que las reacciones son excesivas y en algún caso responden a intereses bastante diferentes de los de la defensa del software libre. Yo no estoy en contra de este, todo lo contrario. De hecho, en el polémico artículo digo sobre la apuesta de Lula por este tipo de software: "Esto es algo que hay que celebrar siempre que se refiera a su uso por la Administración pública". Lo único que critico es que se imponga su uso a particulares y la sociedad civil. Si alguien celebrara que un gobernante obligara a una organización privada a utilizar Windows también le criticaría duramente, pues sería igual de totalitario.
He estado al frente de la sección de Internet de Libertad Digital durante unos tres años (desde hace unos tres meses tengo otro trabajo y ahora mi relación con dicho periódico es de colaborador habitual). Durante todo este tiempo hemos tenido como línea, y ahora sigue igual, la defensa del software libre y hemos atacado con dureza a la Administración cuando sus servicios on line exigían el uso de productos de Microsoft. En algunos casos incluso hemos conseguido que corrijan esta cuestión. Creo que es injusto acusarme de estar en contra del software libre. Lo peor es que algunos de los que ahora me atacan saben perfectamente que esto es así. Puede preguntar a personas como Juan Tomás García, presidente de Hispalinux, con el que compartí micrófono en una tertulia en La Linterna de la Cope sobre Linux. No creo que alguien que esté en contra del software libre escriba una columna defendiendo que los internautas pasen de Internet Explorer a Mozilla.
Lo que ocurre es que mi defensa del software libre no me impide ser crítico con quienes lo promueven. Lo siento, pero no me gusta Stallman. Creo que ha perdido el norte. Aprecio a personas como Icaza y Torvalds, quienes han demostrado una gran inteligencia y un afán de protagonismo mucho menor que el del estadounidense. Stallman ya ha soltado barbaridades terribles en el pasado. Si en esta ocasión no ha dicho lo que se publicó, agradecería que alguien se molestara en mandarme una traducción correcta en vez de ir insultándome. De hecho, nadie ha publicado la versión que se supone que es la buena.
Tampoco creo que el software libre sea de izquierdas. De hecho no creo que tenga ideología. Otra cosa es que determinados sectores traten de monopolizarlo como algo propio, y aquí lo hace la izquierda. La prueba de que va más allá de las ideologías es que el propio Stallman reconoce en una entrevista que en EEUU sus mayores defensores son los libertarios (liberales próximos o incluso dentro del anarco-capitalismo).
Me pide que en próximos artículos les ayude a defender la libertad de las personas frente al estado y los monopolios. Lo he hecho desde que empecé a escribir sobre Internet y nuevas tecnologías. Me pone usted el ejemplo de la campaña Ahora la ley actúa, le recomiendo este artículo. Se refiere usted también a la Sociedad General de Autores y Editores, puede usted leer textos míos como El odio de la SGAE o Yo pago, tú pagas, él cobra.
Puede usted acceder a todos mis artículos en Libertad Digital, y para ver más opiniones mías puede visitar mi bitácora, Sobre la Red 2.0.
Por último quiero darle las gracias por su amable correo. Con argumentos y sin insulto alguno. Pensaba responder a los que ahora me atacan en sitios como Barrapunto y otros , pero el nivel de lo escrito ha llegado tan bajo y demuestra tanto odio que no creo que lo haga.
Por cierto, este texto ha sido escrito usando OpenOffice y se va a enviar por un correo web navegando con Mozilla.