No sé si calificarlo de curioso o de siniestro, pero el caso es que las autoridades francesas, convencidas de que su país es "amigo de los árabes" (de Sadam Hussein, desde luego), cuando les atacan no los árabes, sino el terrorismo islámico, fingen que se trata de algo así como accidentes de tráfico. Ya apenas hablan de sus dos periodistas rehenes en Irak. Llamó la atención de algunos, cuando sólo se interesaban por sus propios rehenes, sin dar verdadera importancia, a las dos rehenes italianas, el británico, y a muchos más, que, como no son europeos, cuentan menos. Ni siquiera a la decapitación de otros dos norteamericanos. Un francés que trabajaba para una sociedad gala, en Arabia Saudí, ha sido asesinado a tiro limpio, en un aparcamiento de la localidad de Djedda, y ocurre lo mismo, se trata de un accidente, o un error, los islamistas moderados o radicales, no pueden atacar a Francia, ya que es un país amigo de los árabes. ¿Hasta cuando durará esa política de la avestruz? ¿Cuántos crímenes serán necesarios para que las autoridades francesas se percaten de una evidencia: Occidente, todos los países de Occidente, son los enemigos del Islam?
En Francia, aparte del batiburrillo contra las deslocalizaciones, que arrastra mucha demagogia, pero que sirve para atacar la "política liberal" del Gobierno y de la UE (¿qué podrán tener de liberal?), los dos temas más discutidos, son la aprobación o no, del proyecto de Constitución europea, y la entrada o no, de Turquía en la UE. Sobre este segundo tema, las cosas parecen más claras: un sondeo de IPSOS, publicado este martes 28 en Le Figaro, revela que 56% de los franceses son contarios a la entrada de Turquía contra 36% de favorables. Al Presidente Chirac se le presenta como favorable, pero su posición es mucho más ambigua, ha dicho: si a la entrada de Turquía, pero ahora desde luego no, se verá dentro de diez o veinte años. Una forma como otra cualquiera de escurrir el bulto... Algunos, como Nicolas Sarkozy se refugian en la solución del referéndum; hay que realizar una consulta popular, tanto sobre Turquía, como sobre la constitución. Los primeros sondeos sobre dicha Constitución dan la victoria absoluta a la abstención, luego viene el sí, y el no es minoritario. Todo puede cambiar hasta el referéndum, si se convoca de verdad.