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EDITORIAL

España, esa nación "políticamente incorrecta"

A este paso, y viendo cómo lo conmemoran por ahí fuera, habrá que salir de España para celebrar como es debido el Día de la Hispanidad

No contento con el bochornoso espectáculo que han protagonizado estos días Maragall, Llamazares, Carod Rovira o el propio Zapatero en torno al Día de la Hispanidad, el ministro de Defensa ha querido contribuir al esperpéntico espectáculo de sus socios y presidente de Gobierno alterando el tradicional Homenaje a los Caídos a tan sólo 24 horas de la celebración de nuestra Fiesta Nacional. Por lo visto, no era suficiente la nueva bofetada diplomática de Zapatero a los Estados Unidos, excluyéndolos de un desfile en el que se conmemorara la participación de algunos españoles en la liberación de Francia. Tampoco parecen suficientes los disparates históricos que hizo Maragall con tal de contentar a los independentistas republicanos con los que gobiernan él y Zapatero. Tampoco bastaban Llamazares y su liberticida maniqueísmo contra la presencia de veteranos de los dos bandos de nuestra guerra civil.
 
No. Ahora, además, ha tenido que venir Bono a cambiar el Homenaje a los Caídos. Así, donde el discurso afirmaba que “no quisieron servir a otra bandera” se dirá “no pudieron servir con más grandeza”, y donde se decía “no supieron morir de otra manera” se afirmará que “no supieron vivir de otra manera”.
 
Califiquen ustedes mismos el cambio de marras, pero sepan, además, que el ministro lo ha justificado diciendo nada menos que es para “evitar que haya guerras de banderas, ni la constitucional, ni la modificada ni las de otras épocas”, y “para que nadie pueda incomodarse”.
 
Si hay que tener en cuenta la sensibilidad de aquellos a quienes les afrenta la histórica y constitucional bandera de nuestro país, ¿habrá que suprimirla también de la tribuna que presida el desfile? ¿Qué sentido tiene contar para la Fiesta Nacional con aquellos que niegan la condición de nación a España?
 
No menos hipocresía muestra Bono apelando ahora a la concordia con el asunto del Yak-42, cuando han sido él y su gobierno los que han soliviantado hasta extremos nauseabundos a los familiares de las víctimas de ese accidente, con el objetivo de perjudicar políticamente al PP. Ahora mucha concordia, pero ¡qué cainismo no habrá alimentado el Gobierno socialista como para que sea posible que a los familiares de militares caídos en un accidente aéreo pueda resultarles ofensivo, por primera vez, el tradicional Homenaje a los Caídos!
 
En cuanto a las polémicas que Bono dice querer evitar, mejor hubiera hecho el ministro dejando las cosas como estaban, en lugar de prestarse a hacer el ridículo con unos cambios que pretenden tan estérilmente intentar contentar a los minoritarios, antisistema y radicales grupos en los que se apoya su gobierno. No nos engañemos: el Gabinete Zapatero sólo podría satisfacer a sus socios suprimiendo la Fiesta Nacional.
 
A este paso, y viendo cómo lo conmemoran por ahí fuera, habrá que salir de España para celebrar como es debido el Día de la Hispanidad.

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