1) Punto final. Ocho días después de las elecciones de Uruguay, la Corte anunció oficialmente el triunfo de la coalición de izquierdas Frente Amplio-Espacio Progresista-Nueva Mayoría, confirmando a Tabaré Vázquez y Rodolfo Nin Novoa como presidente y vicepresidente de Uruguay a partir del 1 de marzo de 2005 y hasta 2010. Si bien las tendencias así lo indicaban, la Corte Electoral se expidió cuando contó los sufragios, como corresponde, ya que sin los llamados votos "observados" no había ganado en la primera vuelta la coalición izquierdista. Ahora, y como se esperaba, alcanzó la mayoría de votos en la primera vuelta, aunque no llegó a las cifras que le otorgaban las encuestas (que hablaron del 55% de los sufragios). Los ganadores tuvieron el 50,45%; 34,30% el Partido Nacional o Blanco; el socialdemócrata Partido Colorado (actualmente en el gobierno) el 10,36% y el Partido Independiente el 1,84%. La tarea de la Corte permitió, asimismo, que el histórico Departamento de Paysandú, el que las encuestas otorgaban a la coalición de izquierdas, fue en realidad ganado del Partido Nacional, quien, con éste, obtuvo 12 Departamentos o gobernaciones, de las 19 de Uruguay. La coalición de izquierdas ganó las 7 restantes. La distribución de las bancas establece que el Frente Amplio-Encuentro Progresista tendrá 16 senadores (a los que se suma el vicepresidente) y 52 diputados; el Partido Nacional o Blanco 11 senadores y 36 disputados; el Partido Colorado 3 senadores y 10 diputados, y los independientes un diputado. La izquierda obtiene mayoría absoluta de votos aunque para determinadas leyes especiales necesitará dos quintos de ambas cámaras por lo cual deberá realizar negociaciones, las que, dicho sea de paso, han comenzado a tejerse mientras se desarrolla el proceso de transición con absoluta normalidad.
2) Cuento chino. Durante una semana, y a partir de enigmáticas declaraciones del Canciller argentino Bielza, alimentadas extraoficialmente por comentarios realizados por miembros del gabinete y diputados del "rincón kirchnerista", se fue tejiendo el misterioso superanuncio del presidente Kirchner, quien, para hacerlo, se dijo, no viajó al Brasil a una reunión con sus pares. En los medios argentinos, mientras algunos se preguntaban de qué se trataba, otros llegaban a la conclusión de que era un macroacuerdo con China.
Esta economía sorprendente de los últimos años (se decía) haría un aporte que "cambiaría la historia de la Argentina". Y se habló, así, de un incierto acuerdo por 20.000 millones de dólares, lo que permitiría desligarse a la Argentina del FMI y reorientar su economía. En el fondo de la misteriosa noticia (que no acababa por concretarse) latía esto último. Finalmente, y a 48 horas de la visita oficial del presidente chino Hu Jintao, el Director de Información del Consejo de Estado Chino relativizó el acuerdo, y señaló que la cifra manejada por funcionarios argentinos "no era la oficial ni se adecuaba a las proporciones". Agregó que, además, no se han estudiado aún las áreas de complementación. El caso del mega anuncio fue bautizado en Buenos Aires como "el cuento chino". Finalmente, el presidente Kirchner señaló que se trataba de una invención periodística a partir de meros trascendidos. Y punto. Existe sí, mutuo interés de cooperación en diversas áreas. Después de 48 horas en Argentina el presidente Hu Jintao viajará por cinco días al Brasil.