El diario El País nos "informa" de que Cuba se dispone a "recuperar la plena soberanía monetaria", puesto que el dólar estadounidense "deja de circular en la isla tras crear grandes desigualdades".
La imposición de una moneda es lo que hacen los estados en todo el mundo, y en tal sentido son sin duda antiliberales, pero ello no identifica las dictaduras con los países más libres, ni a los gobernantes más irresponsables con los menos. Incluso los defensores de la estatización monetaria admiten que exige alguna conducta por parte de las autoridades: a mis sufridos compatriotas argentinos no les habría importado ser menos "soberanos" y haber tenido una moneda estable, aunque fuera extranjera. El pueblo cubano no optaba por los dólares por falta de patriotismo sino porque le convenía ese espacio de libertad que la tiranía castrista acaba de cercenarle.