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EDITORIAL

¿Sobrevivirá Mazen a los nostálgicos de Arafat?

Los terroristas, que tanta comprensión y apoyo encontraron en su Rais, temen ahora que su sucesión al frente de la Autoridad Nacional Palestina conlleve no sólo un cambio de personas sino también de trayectoria

Al grito de “Ni Abú Mazen, Ni Dahlan. Yaser Arafat”, un grupo de encapuchados que se identificaron como Mártires de Al Aqsa ha intentado asesinar este domingo al presidente de la OLP, Abú Mazen. El principal candidato a suceder a Arafat al frente de la Autoridad Nacional Palestina resultó ileso del tiroteo en el que ha muerto uno de sus agentes de seguridad además de uno de los terroristas. El incidente ha provocado heridas a más de 20 personas.
 
La sangrienta turbulencia que iba a provocar la desaparición del caudillo palestino era más que previsible. Arafat pudo forjar su liderazgo gracias al odio antisemita, al uso del terror y a la utilización sistemática de la corrupción. Fue, además un espléndido propagandista, no sólo entre los palestinos, sino también en el extranjero, tal y como desgraciadamente hemos podido volver a comprobar con el tratamiento casi apologético que le ha brindado buena parte de los medios de comunicación occidentales con ocasión de su fallecimiento.
 
La desaparición de Arafat no conlleva, sin embargo, la de los infames mimbres con los que aquél forjó su esteril y sanguinario liderazgo. Los terroristas, que tanta comprensión y apoyo encontraron en su rais, temen ahora que su sucesión al frente de la Autoridad Nacional Palestina conlleve no sólo un cambio de personas sino también de trayectoria. La figura más próxima al espíritu reformista, a la afirmación de la "causa palestina" como algo distinto a una amenaza al pueblo de Israel o a la posibilidad de un gobierno más preocupado por mejorar la vida de los palestinos que en hacérsela imposible a los judíos, es, con todas sus limitaciones, la de Abú Mazen.
 
Su historial como primer ministro en 2003 se caracterizó tanto por sufrir el boicot del propio Arafat —lo que le llevó a presentar finalmente su dimisión—, como por algunas mejoras para las condiciones de vida de los palestinos y por el intento de lograr una tregua unilateral con los grupos armados. Precisamente Mazen, tras ser elegido este domingo como candidato a la presidencia de la ANP, tenía previsto convocar hoy lunes una reunión con los 13 grupos terroristas palestinos para alcanzar un alto el fuego.
 
No hay que extrañarse, pues, de que lo hayan intentado asesinar. Y es que, por mucho que la dominante propaganda antisemita quiera disimularlo, el verdadero obstáculo para la creación de un Estado palestino capaz de respetar los derechos de sus propios ciudadanos, así como de vivir en paz con sus vecinos israelíes, se encuentra en el lado palestino. Que el terror y la corrupción dispongan de un Estado propio es, por el contrario, una cosa muy distinta contra la que no sólo debería estar el Estado de Israel, sino tambien el resto de las democracias que habitan el planeta.

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