Menú
EDITORIAL

¿Quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón?

Urge, pues, que la Justicia vuelva a tomar cartas en el asunto y que deje claro que quien roba a un ladrón ni merece tener cien años de perdón, ni estar relacionado con un simple delito de encubrimiento que prescribe a los tres años

El equipo de investigación del diario El Mundo ha vuelto a marcarse este lunes otro gran tanto informativo al descubrir que el ex “diplomático” , ex “agente de Interior” y contumaz estafador, Francisco Paesa, no está muerto sino que vive en Luxemburgo donde usa un pasaporte argentino a nombre de Francisco Pando Sánchez.
 
No contento con los 300 millones de pesetas que le entregó el ex ministro socialista a cambio de la entrega de Luis Roldan, ni con haberse quedado con los 2.000 millones que el director de la Guardia Civil en tiempos de González había robado a los españoles, parece ser que Paesa se ha dedicado en estos años a otras estafas que han facilitado finalmente el descubrimiento de su paradero.
 
A pesar de haber fingido su fallecimiento —una esquela insertada el 21 de julio de 1998 en El País aseguraba que había muerto diecinueve días antes en Tailandia—, el Juzgado de Instrucción número 17 de Madrid dictó el 3 de diciembre de 1998 orden de detención contra Paesa, y en febrero de 1999, pidió a Interpol la averiguación de su paradero con orden de arresto internacional. Sin embargo, desde el 16 de abril de este año Paesa ya no figura entre las personas buscadas por Interpol, pues en esa fecha fue revocada la orden de detención por prescripción del delito de encubrimiento al haber pasado más de tres años desde que se dictó el sobreseimiento provisional.
 
Ciertamente cabe destacar el poco acierto que en estos años ha tenido la policía española y la Interpol en seguir el rastro de este incomodo testigo de las alcantarillas del Estado en la época del felipismo. Sin embargo, junto a la infructuosa labor policial, a nosotros lo que más nos llama la atención es el empeño judicial y fiscal por seguir relacionando a Paesa con un “delito de encubrimiento”, cuando hace ya años que parece evidente que, de ser Paesa quien tiene el dinero que Roldán amasó ilegalmente, no lo tiene, precisamente, en condición de testaferro. El ex director de la Guardia Civil hace ya años que viene diciendo, no solo que Paesa seguía vivo, sino que era él quien se ha quedado con el dinero.
 
El Código Penal considera que comete delito de encubrimiento quien “con conocimiento de la comisión de un delito y sin haber intervenido en el mismo como autor o cómplice, interviniere con posterioridad a su ejecución, auxiliando a los autores o cómplices para que se beneficien del provecho, producto o precio del delito, sin ánimo de lucro propio”. Si es Paesa y no Roldán el que finalmente se ha estado beneficiando del delito cometido por el ex director de la Guardia Civil, ¿por qué seguir relacionando al primero con un delito de encubrimiento?
 
Urge pues que la Justicia vuelva a tomar cartas en el asunto y que deje claro que quien roba a un ladrón ni merece tener cien años de perdón, ni estar relacionado con un simple delito de encubrimiento que prescribe a los tres años.
 
Esperamos, pues, que el nuevo Gobierno socialista que, según El Mundo y a propósito del indulto denegado a Vera ,“ha puesto de manifiesto las diferencias de criterios éticos y políticos entre el viejo partido y la dirección encabezada por ZP”, vistas las informaciones de este diario, inste al Fiscal General del Estado para que tome cartas en el asunto y que ese muerto que goza de tan buena salud responda ante la Justicia.

En España

    0
    comentarios