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Amando de Miguel

El lenguaje de los medios

El lenguaje de los medios es objeto de crítica despiadada por parte de los cultivados lectores de esta seccioncilla. Así, Luis Ignacio dice que "ha visto, con horror, escrito en Libertad Digital, atleta keniata". Pues no sé por qué le horroriza esa calificación. Los naturales o residentes de Kenia son llamados keniatas y así están en todos los diccionarios.
 
Don Luis Ignacio critica igualmente a un tertuliano de Radio Euskadi cuando se refiere a "un poema de León Felipe que dice algo así como no toquéis la rosa". Lo peor es que le contesta otro tertuliano que ni siquiera sabe a qué se refiere con lo de "la osa". Añado que los famosos versos "¡No le toques ya más, / que así es la rosa!" no son de León Felipe sino de Juan Ramón Jiménez, en su Segunda Antolojía Poética (con jota, por favor). Hay que ser benévolos con los errores que cometemos en la radio. No da tiempo a pensar o a consultar fuentes.
 
Damián Rescalvo protesta por la expresión "hasta dentro de 15 días" que dicen mucho los comentaristas deportivos cuando deberían decir "hasta dentro de dos semanas" o "de 14 días". Es una crítica razonable. Lo del redondeo a 15 días quizá sea una mala traducción de la unidad inglesa fortnight (apócope de "14 noches") y que viene a ser medio mes. Cabe asimismo la interpretación de que un mes se redondea a cuatro semanas y, por tanto, a dos quincenas. En fin, el error tampoco resulta escandaloso, pero es que estos "libertarios digitales" hilan muy fino.
 
J. Daniel López Salazar (Valladolid) se asombra de un grueso titular en El País (27-octubre-2004): "Hasta que el cuerpo aguante". Mi corresponsal, con buen juicio, entiende que el periodista quiso decir "Mientras el cuerpo aguante" o bien "Hasta que el cuerpo ya no aguante". Resulta atinada su observación de que en los medios se confunde el "hasta que no…" por "hasta que…". Cita el ejemplo: "Roldán no podrá salir de la cárcel hasta que no devuelva el dinero". Naturalmente es "hasta que" lo devuelva. Bueno, en realidad no lo devolvió y salió.
 
José Ángel Iturriaga (residente en Portugal, supongo) me dice que, en lugar del verbo escanear (que yo empleo), sería mejor decir digitalizar. Don José Ángel es intérprete jurado y necesita digitalizar muchos documentos. El trabajo se lo encarga a una empresa portuguesa, sita en un pueblecito, y sus colaboradores realizan el encargo en Managua (Nicaragua). A su vez, don José Ángel tiene como cliente a un bufete de abogados de Nueva York, todo gracias a la internet. Es una historia magnífica de eso que mi corresponsal llama mundialización. Me ha dejado estupefacto.
 
Son muchos los lectores que me consultan sobre la pertinencia de "mirar las palabras en el diccionario". El problema es que hay muchos diccionarios aparte del oficial (DRAE). No basta solo con averiguar qué opina la Real Academia, la autoridad máxima en este campo. Se necesita el acopio de los diccionarios de uso, los que nos dicen cómo se emplean realmente las palabras y los giros. En ese caso la autoridad suele ser la de los escritores y los medios de comunicación. El clásico diccionario de uso ha sido durante mucho tiempo el de María Moliner. Ahora se han añadido algunos más al día: el de Seco y colaboradores (Aguilar) y el Clave (SM). La última innovación es Redes (de Ignacio Bosque, SM). Se trata de un diccionario de expresiones: nos dice qué palabras combinan con qué otras. Resulta utilísimo para redactar. Deberían manejarlo los periodistas y políticos sobre todo.

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