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Álvaro Martín

...y los fines a los que sirven

El modelo generado durante la época de Vietnam y Watergate, la del periodista de izquierda comprometido con cambiar el mundo antes que con la información se muere

Hace poco más de una semana que Dan Rather, el veterano presentador (o "anchorman") de la CBS, anunció su retirada después de más de 20 años. Rather dejará de presentar las noticias nocturnas el 9 de marzo de 2005, exactamente 24 años después de reemplazar a Walter Cronkite. Otro tanto ha hecho Tom Brokaw quien, por su parte, ha hecho efectiva su retirada de NBC Nightly News el 1 de diciembre. De las tres figuras que han dominado las noticias televisivas durante las últimas dos décadas, sólo Peter Jennings, de la ABC, continúa.
 
No es el cambio de la guardia. Es el final de la guardia.
 
Las tres grandes cadenas ya no tienen el monopolio de la diseminación de la información en la sociedad americana. Ahora se enfrentan a la televisión por cable, Internet y las múltiples cadenas de radio que han proliferado desde la liberalización de frecuencias por la Administración Reagan. La audiencia de las tres disminuye paulatinamente y su influencia ideológica también. El modelo generado durante la época de Vietnam y Watergate, la del periodista de izquierda comprometido con cambiar el mundo antes que con la información se muere. En parte, víctima de su éxito, porque los conservadores también han desarrollado un modelo similar, sólo que opuesto. Y, en lo fundamental, porque hay demasiadas maneras de cruzar la información hoy como para que la propagación del evangelio por el Papado progresista no tenga que pasar más tarde o más temprano por el filtro de la realidad.
 
Dan Rather y CBS News no eran seguramente conscientes del giro de ese paradigma cuando decidieron el pasado septiembre dar a conocer la "exclusiva" de lo que "realmente" había pasado durante el servicio militar de George W. Bush en la Guardia Nacional hace tres décadas. La exclusiva se apoyaba en documentos de 1971, "autentificados" por CBS, que demostraban que George W. Bush se había ausentado sin permiso del servicio y había utilizado sus conexiones familiares y políticas para hacerlo. Hace 15 años, CBS se habría apuntado un tanto incontestable y la lánguida e improbable intelectual Marianne Faithful no habría tenido que pasar por la reelección del muy deficiente en morbidez George W. Bush. Pero varios "bloggers" en la red tardaron menos de 24 horas en cotejar que los documentos habían sido escritos con procesador de textos (Windows 97, que como su propio nombre indica no es lo mismo que Olivetti 71) y en caracteres Times New Roman, licenciados a Microsoft en los 90.
 
En el primer servicio de ambos en muchos años a la objetividad –y a la busca, francamente, de eliminar a un competidor– , ABC y Washington Post desentrañaron después las conexiones entre la campaña demócrata, oscuros operadores políticos en Texas y Mary Mapes, la productora de "60 Minutes", el programa que aireó los documentos que pretendían ser el tiro de gracia para George W. Bush. Rather, Mapes y la CBS mordieron el polvo del final de su credibilidad y la cadena tuvo que nombrar una Comisión independiente para investigar las muchas libertades tomadas con la libertad de información al servicio de una causa política.
 
Ahora Dan Rather, un sureño amable que llegó a Nueva York en los 60 y comprendió pronto que el porvenir estaba en asumir la cultura empresarial del establishment de izquierdas, anuncia su marcha y agrega que ésta no tiene nada que ver con el "Rathergate" o "Memogate", como el escándalo ha terminado por conocerse. Lo cierto, como es de dominio semipúblico, es que la Comisión independiente antes citada ha entregado ya una primera copia de su informe a la CBS y que Rather ha sido forzado a anunciar su marcha. Las consecuencias alcanzarán a Mapes y al Presidente de CBS, Andrew Hayward, que estarán buscando activamente empleo dentro de poco. La Comisión hará público su Informe en fechas próximas y sus conclusiones, que se anuncian drásticas, obligarán a la cadena a soltar lastre si quiere sobrevivir.
 
El futuro de la información en EEUU es más diverso de lo que lo ha sido hasta la fecha. Pero no hay que exagerar. El sesgo anticonservador y anti republicano (antiamericano si es necesario) continuará siendo hegemónico. No hace falta que crean mi palabra. Crean la de los periodistas estadounidenses que, en una reciente encuesta de la casa de sondeos Pew, se conceptuaban a sí mismos como de izquierdas en un 65%, como conservadores en un 7% y como centristas el resto. O al Editor Ejecutivo Adjunto de la revista Newsweek, Evan Thomas, que admitía satisfecho el pasado julio que el apoyo de los medios a la campaña del Senador Kerry valía por 15 puntos porcentuales en la carrera por la Presidencia.
 
Era la misma semana que Thomas había seleccionado una foto de Kerry y Edwards con el pie "The Sunshine Boys" para la portada de Newsweek. Un artículo de ese número insistía en la metáfora, conjurando la imagen de Edwards en el radiante sol de su Carolina frente al "sombrío invierno de Wyoming" que proyectaba el Vicepresidente Cheney.
 
Invierno por invierno, éste será el del descontento para Rather y la vieja guardia. Aunque tiene muy poco de shakespeariano y bastante más de fábula: la del cazador cazado.

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