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Emilio J. González

El pulso Sacyr-Banco de España

la inmobiliaria parece decidida a mantener un pulso con la autoridad monetaria, para el que el Banco de España ya está preparado para ganarlo

¿Se saldrá con la suya la inmobiliaria Sacyr Vallehermoso en su intento de asalto al consejo del BBVA? Cuando la operación parecía que había entrado en un callejón sin salida, la dimisión de Juan Abelló como consejero del SCH y la decisión del consejo de administración de la inmobiliaria de ampliar en un mes el plazo dado al presidente de la compañía, Luis del Rivero, para culminar la operación marcan el inicio de la segunda fase del asalto.
 
La dimisión de Abelló, uno de los promotores de la operación, remueve uno de los principales obstáculos para la culminación de la misma, por las incompatibilidades entre su participación en el consejo del SCH y su participación en el asalto al BBVA. De hecho, Abelló es una de las tres personas que se han comprometido, si fuera necesario, a cubrir hasta 700 millones de euros de los 1.100 millones en que Sacyr tiene previsto ampliar su capital para financiar la operación. Sin embargo, es posible que este "gesto" sirva de poco.
 
En todo este asunto, el Banco de España tiene algo que decir. En su función de supervisor del sector bancario, ya tuvo que intervenir en el pasado en el conflicto suscitado en el seno del BBV tras la muerte de su presidente, Pedro Toledo, que acabó con la designación como presidente, por parte del Banco de España, de Emilio Ibarra. En Sacyr Vallehermoso lo saben. Por ello, la dirección de la compañía solicitó la opinión de la autoridad monetaria sobre la operación y, en especial, sobre su intención de nombrar consejeros en el banco.
 
La respuesta del Banco de España ya constituyó una primera advertencia de lo que es su posición. La institución que preside Jaime Caruana dijo a Sacyr Vallehermoso, la semana pasada por carta, que no consideraba “relevante” su participación en el capital del BBVA, es decir, que se olvidara de nombrar todos los consejeros que quería la inmobiliaria y, sobre todo, de sus pretensiones de controlar el consejo de administración. Aún así, la compañía optado por seguir adelante con una operación que, según un informe de Santander Bolsa, perjudicará a los accionistas minoritarios de la inmobiliaria y dice que la operación parece motivada “por las ambiciones personales” de algunos directivos de Sacyr. La salida de José Manuel Loureda, fundador y ex presidente de la inmobiliaria, del consejo de administración de la compañía viene explicada por este hecho, que desembocó en un enfrentamiento muy fuerte entre Loureda y Del Rivero.
 
Todas estas consideraciones no le pasan desapercibidas al Banco de España, que tiene que velar por que ninguna entidad crediticia sea pasto de este tipo de operaciones, que puedan poner en peligro al propio banco e, incluso, a la credibilidad del sistema financiero y bancario. Por esta razón intervino en el conflicto de la sucesión de Pedro Toledo; por el mismo motivo ha dicho que la participación de Sacyr en el capital del BBVA no es “relevante”. Y pese a esta advertencia, la inmobiliaria parece decidida a mantener un pulso con la autoridad monetaria, para el que el Banco de España ya está preparado para ganarlo. Del Rivero debería pensárselo dos veces.

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