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Amando de Miguel

Jergas y variaciones

Antonio Conde Bajén (Toledo), aficionado a la caza, me dice: "Me lleva los diablos esa manía de llamar al que organiza una jornada de caza [el] orgánico". Añade que ese terminacho se aplica a todo el que organiza cualquier cosa, por ejemplo, una fiesta o una comida. No he oído nunca eso del orgánico ni viene en los diccionarios de uso. Habrá que estar atentos, pero suena fatal.
 
Víctor Manuel Monge (Madrid) se irrita un poco ante un nuevo palabro que utiliza la Dirección General de Tráfico: kilometración. Equivale a la acción de medir una distancia en kilómetros a lo largo de una carretera. Mi reacción no es tan negativa. Si ya existe kilometraje (los kilómetros medidos) no repugna mucho la acción de kilometrar. Peor me resulta lo de PK (punto kilométrico), que también es de la jerga de la DGT. Bastaría con K (kilómetro), que ya es un punto cuando se indica a continuación el número medido. Pero, en fin, la cosa es enredar.
 
Rafael Díaz de San Pedro (artillero) vuelve a la carga ─nunca mejor dicho─ con lo de los "obuses de mortero". El hombre parece resignado a que los llamemos así y no "granadas de mortero", como debería ser. Por lo mismo llamamos "tanques" a los que son "carros de combate". Aunque en España no pasan de ser "carros de desfile". Don Rafael me ilustra con aquella lección del sargento: "La Artillería es el Arma cuya misión es hostigar y destruir a la Infantería… a ser posible, la enemiga". No es broma. En mi mili aseguraba el capitán que para calcular el ángulo de tiro todo lo que se necesitaba era una cuerda y un doble decímetro.
 
José Albelda se pregunta por una expresión que se escucha mucho en los ambientes deportivos: "ser de la partida" como equivalente de estar alineado en el equipo. Añade: "¿De dónde procede? ¿Es correcta?". No me lo preguntéis a mí, que lego soy en materia deportiva. No he visto la expresión en el estupendo estudio El idioma español en el deporte de la agencia Efe. La partida es un término castizo para designar la unidad mínima en el ejército (escuadra, pelotón, comando) o también la banda armada de guerrilleros o bandoleros. Así pues, "ser de la partida" equivale a pertenecer a alguna de esas unidades. Ignoraba que también había derivado en la unidad del equipo deportivo. Pero, si así se dice, así será.
 
Miguel Ángel Bartolomé razona que tiene su lógica decir que "explosionó una bomba", y no "explotó", puesto que de "explotar" se deriva "explotación". "No se puede decir que se produjo una explotación [de la bomba] y sí una explosión". Espero más comentarios. Tampoco sería un desdoro que de explotar pudiera derivarse tanto explosión como explotación. También de anotar derivamos nota y anotación.
 
Antonio García opina que se abusa de dos verbos parecidos: explosionar y colisionar. Por lo menos tenemos el recurso de volver a explotar, pero a ver quién es el majo que se decide por colidir. El verbo es perfectamente castellano por latino (colidere), pero está en desuso. Ortega y Gasset lo empleaba por ese regusto que tenía de los arcaísmos. La verdad es que es bonito: colidir.
 
José Mª Xirgu Badía (Girona), farmacéutico, dice que no le gusta eso de tomar la temperatura o la tensión. En su lugar, habría que decir "medir la temperatura o la tensión". Es un escrúpulo (pesa de mínimo valor) de boticario. Veamos. El verbo tomar significa muchas cosas, entre ellas, la idea de registrar algo por escrito. Así, "tomar apuntes". No veo por qué no puede tomar la temperatura, la tensión o cualquier otra medición. El Diccionario Redes nos dice que la acción de tomar se presta a sustantivos que denotan energía, intensidad, relevancia y otras magnitudes análogas. Así, diferentes cosas toman altura, volumen, ritmo, notoriedad. Antes de medir la temperatura científicamente se tomaba el pulso. Los científicos toman muestras para hacer sus observaciones.

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