"Ha habido ocasiones en que Portillo se ha equivocado", dice el propio Portillo, hablando de sí en tercera persona del singular, como si en lugar de ser él mismo fuera otro distinto, un futbolista desconocido o ausente, un jugador desdoblado o multiplicado por dos, alguien ajeno a todo aquel asunto que se ventila en la rueda de prensa. "Ha habido ocasiones en que Portillo se ha equivocado", dice Portillo, y me entran ganas de preguntar "¿y dónde está?... ¿Por dónde anda el famoso Portillo?"... Es cierto que Portillo se ha equivocado, o puede que le haya equivocado su representante, Herminio Menéndez, que quizás también hable de él mismo en tercera persona del singular. Debe ser interesante asistir a una conversación entre Portillo y su representante: "Portillo dice"... "Portillo piensa"... "A Portillo le parece"... ¿Qué le parece a Portillo?... A mí me parece que Portillo sigue tan equivocado como cuando se marchó, pero en fin, Arrigo Sacchi sabrá...
Otro que habla así es Luis. "Luis no ha dicho eso", dice Luis, "Luis ha dicho esto otro y lo de más allá". Luis me pone tan nervioso como Portillo, pero al menos Luis ha protagonizado una intensa carrera futbolística a lo largo del último medio siglo. Portillo no. Portillo no ha protagonizado nada, salvo, quizás, amenazar a Florentino Pérez con marcharse de su club de toda la vida al Barcelona si no le pagaban lo que exigía. Portillo se dejó querer, y los aficionados blancos, que no son tontos, dejaron de quererle a él cuando se había convertido con sus goles en la gran esperanza blanca del madridismo en las categorías inferiores.
No tengo nada contra Portillo salvo el hecho absolutamente menor, puesto que se trata de una opinión personal, de que pienso desde hace mucho tiempo que no tiene la categoría imprescindible necesaria para jugar en el Real Madrid en la misma posición que ocuparon antes que él Di Stéfano, Grosso, Santillana, Hugo Sánchez, Morientes o Ronaldo. Portillo es jugador para el Sevilla o el Osasuna, no para el Real Madrid. Morientes, sin embargo, es jugador para el Real Madrid, no para el Liverpool. Por eso Rafa Benítez reclama al "moro" y está dispuesto a pagar mucho oro por él, mientras que la Fiorentina devuelve aliviada a "Portigol" en una caja con un lacito dorado. Por cierto: en el club sigue jugando Raúl, el gran capitán, aquel contra quien arremetió el padre de Portillo por boicotear a su chaval. Ya tenemos una excusa por si Porti no marca gol.