Menú
Ignacio Villa

Los ladridos de la dictadura

El PSOE ha puesto en marcha la estrategia del ladrido. Ese es el síntoma más claro de que están muy nerviosos por la torpeza de dos ministros

La comparación realizada por el presidente catalán Pascual Maragall sobre la "supuesta" agresión a José Bono pertenece a esas declaraciones de un político fuera de la realidad. Dice Maragall que la agresión a Bono –una agresión que nunca existió– es más grave que la que sufrieron los dirigentes del Partido Popular después del 11 de marzo. ¿Nos podría explicar el señor Maragall como se pueden comparar dos agresiones, cuando una de ellas es parte de la imaginación del propio ministro de Defensa? Es más, el jefe del Ejecutivo catalán se ha atrevido a afirmar que la agresión sufrida por el ministro de Defensa fue muy dura. ¿Qué agresión señor Maragall? ¿No se estará refiriendo a esa agresión que nunca existió?
 
La intervención de Maragall es una más de una larga lista de declaraciones de distintos dirigentes socialistas que se han llenado de gloria. Los Blanco, Rubalcaba, Cuesta y compañía se han lanzado como perros rabiosos a por el Partido Popular, una actitud que nos ha recordado –qué casualidad– a la que mantenían durante la guerra de Irak. ¿Se acuerdan ustedes cuando Jesús Caldera, todavía portavoz parlamentario, dijo que prefería los huevos contra las sedes del PP que las bombas sobre Irak? No podemos esperar mucho más de alguien capaz de utilizar el typpex para falsificar documentos oficiales o dar cobijo en los despachos del PSOE en el Congreso de los Diputados a la página web de “Los genoveses".
 
El Partido Socialista, los mismos que hablan de diálogo y de talante, han puesto encima de la mesa los más rastreros insultos contra el Partido Popular. Dicen de los dirigentes populares que son el ejemplo de la extrema derecha. ¿Como pueden decir eso los mismos que han utilizado métodos franquistas para localizar a los inexistentes agresores de José Bono?
 
El PSOE ha puesto en marcha la estrategia del ladrido. Ese es el síntoma más claro de que están muy nerviosos por la torpeza de dos ministros. El de Defensa por hablar de algo que nunca ha existido y el de Interior por poner en marcha una operación propia de la dictadura franquista. Y es que ahora como entonces después de las detenciones vienen los ladridos. Y que ladridos.

En Opinión