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Ignacio Villa

Patadas, protocolos y silencios

Alonso calla, suponemos que inventando alguna nueva historia a medio camino entre las patadas de Bono y los protocolos de De la Vega

El espectáculo del ministro de Defensa no termina. Ahora recién llegado de Venezuela, después de su visita "secreta" a Hugo Chávez, vuelve a cambiar de argumento. Ahora Bono dice que el pasado sábado los manifestantes le agredieron a él y a su hijo con varios tipos de golpes. Nueva pirueta del ministro de Defensa que sigue creyendo que se encuentra en Castilla-La Mancha. Entre tanto viaje secreto y discreto, el señor Bono no se ha enterado que sus propios escoltas han declarado que nadie tocó al ministro durante los momentos de tensión que provocó la irrupción del titular de Defensa en un lugar que no estaba previsto para las autoridades.
 
Bono se fue a Caracas diciendo que lo del sábado era una simple anécdota. A la vuelta ha recuperado el papel más dramático de los posibles y ahora dice que le pegaron...y mucho. ¿En qué quedamos señor ministro? Ya se ve que unas horas con Chávez le han contagiado más si cabe de populismo.
 
La vicepresidenta del Gobierno lo ha estropeado aún más. Fernández de la Vega dice que la actuación de la policía, con la detención ilegal de los dos militantes del Partido Popular, se ajustaron a los protocolos. ¿Qué protocolos?, ¿los de las dictaduras? Quizá es que para la portavoz del Gobierno salir en una fotografía a pocos metros de un ministro tiene un significado de protocolo peligroso. También puede ser que la bandera de España de la imagen haya puesto nervioso al tripartito catalán y hayan exigido medidas como ya hicieron en la Academia de Suboficiales de Lérida. El ministro Bono ha estado mal, la vicepresidenta De la Vega ha estado peor.
 
De quién no tenemos noticias es del ministro del Interior. José Antonio Alonso, responsable directo de las detenciones ilegales de Madrid, todavía no se ha dicho una simple palabra. Alonso ha quedado atrapado en un silencio culpable hasta el próximo jueves. Saldremos de la duda ese día cuando comparezca en el Congreso para informar sobre esas detenciones al más puro estilo franquista. Alonso calla, suponemos que inventando alguna nueva historia a medio camino entre las patadas de Bono y los protocolos de De la Vega. En definitiva, podemos esperar cualquier cosa.

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