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Isabel Durán

Zp o la política de la rendición masiva

Todavía está por ver, las medallas que se cuelga el fotogobierno zapateril cuando de España y su prestigio interior y exterior no quede ni la denominación de origen

Resulta descorazonador observar desde la platea el gran espectáculo de la política. El santo y seña del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero es la rendición preventiva, en certera expresión de Luis María Anson. Dada la cantidad de rendiciones por anticipado acometidas por ZP estamos sin el menor género de duda, ante el fotogobierno de la rendición masiva más nocivo de la historia.
 
La última de las rendiciones se ha producido ante la inminente asistencia de una delegación del Parlamento vasco para defender el plan nacionalterrorista de Ibarretxe. El partido socialista se ha rendido por anticipado y se ha abstenido en un momento crucial sin presentar batalla alguna para que figure entre la comitiva algún miembro no nacionalista. Con ello, entrega la representación única de los vascos y vascas a quien se beneficia de la aniquilación física, moral, política e intelectual de la mitad de ellos, el lehendakari Juan José Ibarretxe.
 
Si no fuera porque ZP abjuró de antemano de la defensa de la legalidad, primero al no dar órdenes al fiscal general del Estado para que Atutxa acatara la sentencia del Tribunal Supremo que ilegaliza Batasuna y después, al permitirle al lehendakari acudir a La Moncloa y al Congreso con un plan de demolición de la Constitución de la mano de la banda terrorista ETA, ahora no estaríamos ante esta nueva bajada de pantalones.
 
La estrategia gubernamental de rendición masiva aboca a España de manera ineluctable al desastre. No sólo en el ámbito interno sino con la irresponsable y suicida política exterior. Hoy se hace más patente que nunca otro sonrojante y bochornoso ejemplo. Las primeras elecciones libres en Irak tras casi medio siglo de dictadura genocida gracias a los aliados y a pesar de la vergonzante retirada de las tropas españolas que deja a la altura del betún la cobarde, demagógica y populista política del Hugo Chávez europeo.
 
Todavía está por ver, las medallas que se cuelga el fotogobierno zapateril cuando de España y su prestigio interior y exterior no quede ni la denominación de origen.

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