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Amando de Miguel

El lenguaje matemático

Me llegan muchos correos criticándome mi credulidad al aceptar la leyenda de que Alfred Nobel odiaba a los matemáticos porque uno de ellos cortejó a su mujer. Javier Rodríguez Blanco (Vigo, Pontevedra) me confirma que el inventor de la dinamita fue un solterón toda su vida. Se trata, pues, de una leyenda, la de don Alfred como marido celoso. Me alegro de que don Javier me saque de mi error.
 
Jordi Molias, aduce que “las Matemáticas no son una ciencia, que los matemáticos no contrastan los resultados con la realidad física. Las Matemáticas son, tal vez, un lenguaje. Probablemente el lenguaje más bello jamás inventado”. Añado el recuerdo de Galileo cuando escribió aquello de que “el libro de la naturaleza está escrito en lengua matemática”. No es razón para que el señor Nobel excluyera a las Matemáticas de sus famosos premios. Aunque quizá en su tiempo (y en el nuestro) las Matemáticas no se pudieran desgajar mucho de la Física teórica.
 
Javier Sayas (Zaragoza) me envía un correo muy ilustrado sobre la cuestión batallona de Alfred Nobel y las Matemáticas. Aunque él sea catedrático de Matemática Aplicada, sostiene que “En España, sin excepción, todos los matemáticos hablamos de las Matemáticas en plural”. Narra una versión verosímil para explicar la inexistencia de un premio Nobel de Matemáticas. Simplemente Alfred Nobel se llevaba mal con el matemático sueco Gösta Mittag-Leffler, a quien pudiera haber correspondido el premio Nobel de Matemáticas si se hubiera establecido. Otra interpretación es que Alfred Nobel insistía en el carácter aplicado de las ciencias. Con el tiempo, los matemáticos instituyeron las medallas Fields, que se otorgan cada cuatro años a los matemáticos más distinguidos, pero solo de menos de 40 años. (Extraña discriminación por la edad, añado yo).
 
A través de Carmen Felgueroso me llega un artículo de Alicia Delibes, documentadísimo, sobre la cuestión de las Matemáticas y Alfred Nobel. Está claro que Nobel y Mittag-Leffler se llevaban mal y no por rivalidades amorosas. Vamos, que no había una mujer por medio. Doña Alicia se refiere a las medallas Fields. Más de la mitad han sigo ganadas por norteamericanos. En 1995 se la negaron a Andrew John Wiles, a pesar de haber logrado la demostración del teorema de Fermat. La razón es que tenía 45 años. Añado que los matemáticos también tienen prejuicios.
 
Antonio Benítez-Donoso sale al paso de algunas noticias disparatadas que hablan alegremente de “billones” de euros cuando quieren decir “millardos”. Ese error es muy corriente en los medios de comunicación. Procede de una mala traducción del inglés. Don Antonio lo especifica muy bien: en inglés un billion equivale a un millardo (= mil millones, nueve ceros). En español un billón es un millón de millones (= doce ceros). Añade don Antonio otra diferencia, en las cantidades escritas con números. En inglés la coma significa lo que el punto en español, y el punto lo que la coma para nosotros. Un lío.
 
Carlos Gordo Blanco argumenta que la coma decimal debería ser alta (2’4) y no baja (2,4). De ese modo, la coma decimal no se confundiría con la notación de las coordenadas cartesianas. “Por ejemplo el punto P (3,4) es el punto de abscisa 3 y ordenada 4”. El problema es que estamos acostumbrados a que la coma decimal sea baja.

C. Enrique Granados se queja de la significación que damos a la frase “la cuadratura del círculo” para indicar algo imposible o vano. Argumenta: “El sistema de hallar el área de cualquier superficie mediante su descomposición en cuadrados minúsculos comprendidos en ella y luego contarlos para hallar el cuadrado único equivalente es genial y no debería ser usado para denigar los empeños aparentemente utópicos”. Aunque aluda a que esa hazaña corresponde a los griegos, realmente pertenece al cálculo infinitesimal de Newton. Pero lo fundamental es que funcionan aquí dos lenguajes, el matemático y el corriente. La expresión “cuadratura del círculo” intenta contraponer dos términos ─el círculo y el cuadrado─ para indicar una imposibilidad. Sin entrar en el lenguaje matemático, esa expresión es correcta.

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