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Juan Manuel Rodríguez

Si yo fuera Carmona Méndez

¿Se dará por aludido Carmona y abandonará el estadio antes de que empiece el partido?

Fue en la temporada 1997-98 cuando Rafael Guerrero se convirtió en el juez de línea más famoso de la historia del fútbol español. Sucedió precisamente en el transcurso de un Zaragoza-Barcelona. En un momento determinado, Guerrero llamó la atención del árbitro Mejuto González para advertirle que el defensa central portugués Fernando Couto había sido objeto de un penalti cuando se disponía a rematar dentro del área maña. Fue entonces cuando se produjo el diálogo probablemente más famoso de los últimos veinte años del fútbol español, junto al histórico e histérico "¡no sabes cómo jodernos!" de Fernando Hierro...
 
- "¡Penalti y expulsión!", dijo Guerrero
- "¡No me jodas Rafa! ¡Me cago en mi madre! ¿Expulsión de quién?"...
 
Después de aquello Rafa Guerrero se convirtió en un hombre famoso y, aunque su popularidad estuvo a punto de amargarle la existencia, todavía anda por ahí, rodando spots de radio y televisión, convertido en el George Clooney de la Liga española.
 
El otro día pudimos comprobar cómo un hombre tradicionalmente tranquilo y sereno se transformaba ante nuestros propios ojos en el "Shrek maño", empezaba a ponerse verde como "La Masa" de la Marvel y se le salían los ojos de las órbitas igual que a Bitelchus. Me estoy refiriendo, naturalmente, a Alfonso Solans. Como al dueño de "Pikolín" le habían dado un guión que no era el suyo, yo le noté algo excesivo. Me recordó a Aurora Bautista en "Locura de Amor", cuando recitaba aquello tan melodramático de "¡El Rey no está muerto, está dormido!"... O a Nikita Kruschev cuando se quitó el zapato en la ONU y empezó a golpear repetidamente con él encima de la mesa. Y lo que me parece mucho peor que todo lo anteriormente citado: me recordó a Jaime Ortí... ¡Cuerpo a tierra!
 

La reacción airada de Solans ha provocado que el sábado reciban en La Romareda al pobre Carmona Méndez con once mil cartulinas rojas, situación ésta que me provoca algunas preguntas: ¿Se dará por aludido Carmona y abandonará el estadio antes de que empiece el partido?... ¿Se puede expulsar a un árbitro?... ¿Cobraría la dieta y el kilometraje estipulado por el Comité Técnico?... ¿A quién se le darían los tres puntos en disputa?... ¿Qué harían en un caso como éste los socios valencianistas que en su día demandaron a Teixeira Vitienes?... Lo más divertido de la historia es que, desde Barcelona, ya han empezado también por su parte a presionar a Carmona exigiéndole que no se deje intimidar por la situación y que sea objetivo. Si yo fuera él me volvía a mi casa.

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