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EDITORIAL

Piqué o "quien calla, otorga"

esta es la hora en la que desde el PP todavía no se ha desmentido a Montilla. Entonces, ¿qué? ¿”Hasta Piqué está de acuerdo en que Cataluña es una nación”?

El País informaba este domingo que el Gobierno, a través del ministro Sevilla, habría impuesto condiciones a la reforma del Estatuto catalán por las que no se admitirían cambios que afecten a leyes orgánicas. Por su parte, El Mundo, recogía unas declaraciones del ministro Montilla en las que aseguraba que “hasta Piqué está de acuerdo en que Cataluña es una nación”.
 
Si hubiera que hacer caso al ministro Sevilla, no sólo el PP, sino también el gobierno de Zapatero, se opondría a una reforma estatutaria contraria a la Constitución. Si hiciéramos caso, por el contrario, a lo que dice el ministro Montilla, parecería que esa supuesta reforma estatutaria tan decididamente inconstitucional como para pretender proclamar como nación a una comunidad autónoma la respaldaría, no sólo el Gobierno, sino hasta el PP...
 
Para aclararnos, y respecto a lo de las supuestas “limitaciones” a la reforma del Estatuto, poco tiempo ha tardado la Generalidad en desmentirlas. Para el gobierno que preside Pascual Maragall esas supuestas condiciones de ZP no son más que un “globo sonda” del “gobierno de Madrid” y a las que no hay que hacer caso. Como literalmente ha expresado el consejero de Relaciones Institucionales Joan Saura, "con la propuesta de Jordi Sevilla tendríamos un Estatuto de juguete".
 
Menos displicente, pero más amenazante, se ha mostrado el socio de Maragall y Zapatero, José Carod Rovira. El dirigente de ERC, fiel a sus postulados independentistas y sin plantear disonancias a sus acuerdos con ETA, ha afirmado tajantemente que “no se va a admitir límites a lo que decida libremente el parlamento catalán”.
 
Ciertamente, no es creíble que ZP sea capaz de “imponer” condiciones a nadie, menos aun a quienes ha escogido como socios de gobierno. Ha sido el propio Maragall el que ha amenazado más de una vez con “dramas” y referéndums ilegales si el parlamento nacional le decía que no a su reforma estatutaria. Y esta es la hora en la que no ha encontrado la menor objeción por parte de Zapatero, ni cuando este era líder de la oposición ni cuando, tras el 14-M, pasó a ser presidente de Gobierno.
 
Zapatero lo que necesita desde hace tiempo es hacer un paripé para presentar con coherencia que se diga que no a Ibarretxe cuando se ha dicho por adelantado que sí a todo lo que requiera Maragall. En esa línea, Montilla y Sevilla no son más que pura y lamentable estrategia, necesaria para que nadie se escandalice luego de que se diga que sí a Maragall, y en esa línea, dar el sí también a Ibarretxe.
 
Con este desgobierno de ZP cualquier cosa y su contraria parecería posible y al mismo tiempo. Pero lo que parece de ciencia ficción es que aun se dude de la debilidad moral y política de José Luis Rodríguez Zapatero. Lo que nos queda por preguntarnos es si el PP de Rajoy, por no “crispar”, va a seguir al PSOE, en esa senda de cesión que aparenta no serlo. Porque esta es la hora en la que desde el PP todavía no se ha desmentido a Montilla. Entonces, ¿qué? ¿Hasta Piqué está de acuerdo en que Cataluña es una nación?

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