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Víctor Llano

Urtiaga Martínez

Tal vez el Alto Comisionado para las víctimas del terrorismo tendría que preguntarle a Alonso por la veintena de terroristas que en el apartheid comunista viven como si fueran los reyes del mambo

De nada nos sirven las amistades con el régimen castrista. Castro no paga ni un euro de los cientos de millones que debe a las empresas españolas, no nos devuelve el Centro Cultural de España en La Habana y, lo que es mucho más grave, no extradita a uno de sus más importantes huéspedes, el etarra José Ángel Urtiaga Martínez, sobre el pesa una orden internacional de detención.
 
Hace ya mucho más de un año el Gobierno de José María Aznar solicitó su extradición para que pudiera ser juzgado por la Audiencia Nacional. No nos sorprendió que entonces Castro no respondiera a los que con insistencia acusaba de fascistas; sin embargo, no entendemos que hoy –que tan bien se lleva Esteban Dido con los socialistas y tanto tiene que agradecerles– Urtiaga Martínez se pasee tranquilamente por las calles de La Habana.
 
¿O es que acaso Moratinos no ha exigido a sus amiguitos que nos entreguen a uno de nuestros más peligrosos enemigos? En algo tendrían que notarse las buenas relaciones que ahora mantenemos con los verdugos de cientos de miles de descendientes de españoles; no obstante, que nosotros sepamos, ni el ministro del Interior ni el de Asuntos Exteriores ni su embajador en la Prisión-grande, se han interesado por la extradición del etarra.
 
Tal vez no quieran incomodar al Monstruo de Birán. La Seguridad del Estado comunista considera a Urtiaga Martínez máximo responsable de ETA en la Isla. No sólo le tratan como a un importante hombre de negocios, le permiten –desde su residencia en el mejor barrio de La Habana– controlar varias sociedades que sirven para financiar nuevos crímenes. Es lo que tienen que agradecer las víctimas de ETA al Gobierno de José Luis Rodríguez, amigo de los protectores de sus verdugos. La mafia castrista firmó en 1984 un acuerdo con Felipe González por el cual se comprometía a acoger sólo a media docena de etarras; sin embargo, desde hace varios años, son más de veinte los terroristas que en Cuba disfrutan de todo tipo de privilegios.
 
Tal vez el Alto Comisionado para las víctimas del terrorismo tendría que preguntarle a Alonso por la veintena de terroristas que en el apartheid comunista viven como si fueran los reyes del mambo. Según Manolo Chaves, Pérez Roque viajará a España en marzo para entrevistarse con Rodríguez Zapatero, si se confirma esta nueva ofensa a cientos de miles de españoles, Peces podrá dentro de muy pocos días preguntarle al vocero de Castro por Urtiaga Martínez.
 
No otra cosa cabría esperar de un personaje que consiente que le llamen nada menos que Alto Comisionado. Pero mucho nos tememos que va a ser que no, que es más fácil encontrar peces en el mar y que Barba tampoco exigirá la extradición del verdugo de los que dice defender. Conociendo su modo de actuar, casi nos conformamos con que no invite a Pérez a los actos que se celebrarán para recordar los crímenes de marzo. Sinceramente, creo que no seríamos capaces de soportar su presencia. Correríamos a la comisaría más cercana a renovar el pasaporte. Ya lo tendríamos que haber renovado.

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