Menú
Jorge Vilches

Pactar con terroristas

El PSE cree que el pacto con ETA y el PNV propiciará el fin del terrorismo, y les sentará en el poder. Así, mientras los etarras piensan en cómo asesinar al rey o a diputados populares y socialistas, alguno sueña con una tregua a lo Perpiñán

El socialismo que nos gobierna no actúa con sentido de Estado, sino buscando una rentabilidad electoral. Las encuestas en el País Vasco marchan bien para el PSE, y ya se vislumbra su vuelta al poder. Pero es un regreso que no está guiado por el deseo de hacer bueno el Estado de derecho, para reforzar la democracia y permitir que la libertad sea una realidad en cada rincón vasco. Es para crear un armazón de poder lo más duradero posible; y para ello ha amoldado su discurso y programa a quien se lo puede proporcionar.
 
La coincidencia del PSE con el tripartito vasco es casi plena. Creen que la violencia etarra es la respuesta a un problema político, cuya solución pasa por más autogobierno, por una independencia virtual. Por esta razón se presentan con un discurso nacionalista, de equidistancia entre el constitucionalismo y el independentismo. El PP, en consecuencia, con su defensa de la Constitución y del Estatuto de Guernica, es marginado del proceso político.
 
El camino lo ha marcado el gobierno tripartito catalán. Por un lado, es necesario un frente amplio que reúna a los nacionalistas y a los socialistas. Por otro lado, la consecución de una tregua de ETA, como hizo Carod Rovira para Cataluña. Sería un paréntesis terrorista, posterior a las elecciones autonómicas del 17 de abril, durante el cual el nuevo gobierno vasco, con el PSE dentro, pactaría un nuevo Estatuto entre el de Ibarretxe y el de Patxi López. La ausencia de violencia legitimaría la idea de que la práctica independencia del País Vasco es su única solución.
 
La escenificación empezó con la reunión de Zapatero en Moncloa con Ibarretxe. El posterior debate parlamentario permitió que ambos dejaran claro que el adversario era Rajoy, y que el entendimiento era posible entre el PSOE y el PNV. Ya lo dijo Zapatero: su discurso era de futuro; un futuro gubernamental en el País Vasco. El lote lo completaron las reuniones secretas con Imaz y Carod Rovira, y el olvido voluntario del acuerdo con Rajoy de formar un comité conjunto que estudiara las reformas legales que se avecinan. Además, el Alto Comisionado para las víctimas del terrorismo ha pedido a la AVT que cediera si había una tregua de ETA.
 
El escenario de connivencia y acuerdo parece claro, sobre todo tras las declaraciones de Eguiguren y Atutxa. El PSE cree que el pacto con ETA y el PNV propiciará el fin del terrorismo, y les sentará en el poder. Así, mientras los etarras piensan en cómo asesinar al rey o a diputados populares y socialistas, alguno sueña con una tregua a lo Perpiñán.
 
Foreign Policypublicaba hace poco un artículo en el que se ponía el caso de ETA como prueba de que riqueza y democracia no son sinónimos de ausencia de terrorismo. Y para demostrarlo decía que durante la dictadura de Franco el número de atentados y muertos fue menor que durante la Transición. La clave no está, sin embargo, en los métodos dictatoriales, sino en la fortaleza del Estado y en la unidad de objetivos de la clase política. El pacto con los terroristas o con quienes se aprovechan del terror para conseguir objetivos políticos, no es más que un acicate para la violencia, y un debilitamiento profundo de la democracia.

En España

    0
    comentarios