Es cierto lo que dice Albelda: Mestalla exigió muchas veces la cabeza de Rafa Benítez y luego el Valencia acabó ganando la Liga. Pero los casos de Benítez y Claudio Ranieri son diferentes. El entrenador español se mostró extremadamente reivindicativo desde el punto de vista futbolístico, exigiéndole siempre más al club para alcanzar un proyecto ambicioso. Es verdad que Benítez fue subiendo el tono de las exigencias a medida que se iban cumpliendo sus expectativas, pero lo que nunca hizo Benítez (salvo al final, cuando le echaron a la calle tras ganar la Liga y la Copa de la UEFA) fue personalizar el debate. La cuestión no era entonces "Benítez sí, Benítez no" sino "Valencia sí, Valencia no". O, para ser más exactos, "¿qué queremos hacer con el Valencia, dónde pretendemos situar al Valencia?"...
Sin embargo, la rueda de prensa que protagonizó el otro día Ranieri fue un dislate, un cúmulo de patochadas, una locura. Es mentira que él se hiciera cargo del banquillo del Valencia cuando el club no era nada, más bien al contrario. ¿Quién conocía a Claudio Ranieri?... Cuando se ponía como ejemplo a los entrenadores italianos se hablaba de Lippi, Capello o Sacchi, pero... ¿Ranieri?... ¿Quién demonios era Ranieri?... Ranieri se materializó para el fútbol internacional precisamente cuando fichó por el Valencia, pasando posteriormente al Atlético de Madrid y más tarde al Chelsea. Hasta ese momento era un entrenador incorpóreo, inexistente, invisible, desaparecido... Esas declaraciones del otro día me suenan a provocación pura y dura, puesto que Ranieri juega con pólvora ajena: "¿Me quieres echar a la calle?... Pues págame".
Ranieri no lleva demasiado bien eso de ser un "entrenador mediático". ¿Por qué no le pregunta a los consejeros que fueron a buscarle a Inglaterra? ¿Qué buscaban ellos, un entrenador o un golpe de efecto?... Buscaban alguien que entretuviera a los medios de comunicación mientras Benítez caía lentamente en el olvido. Y la jugada habría salido redonda si el equipo hubiera ganado partidos, pero no fue así.
Ya hemos comentado sobradamente que la "italianización" de la plantilla no le traería nada bueno ni al equipo ni al propio Ranieri. Suelen ser los futbolistas quienes hacen grandes a los entrenadores y no al revés. Este Ranieri no es el que llegó la primera vez a España. Será su soberbia la que le ponga de patitas en la calle. Ya lleva diez días de "gracia". Si yo hubiera sido el presidente del Valencia, después de lo que dijo el otro día, le habría enseñado la puerta de salida sin mayores contemplaciones. De todas formas parece que es sólo cuestión de unos días. El Valencia recibe este domingo al Betis y Mestalla podría darle la puntilla al entrenador italiano.
