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Amando de Miguel

Ad hóminem

No me es posible recoger aquí la profusión de felicitaciones que me llegan por parte de los libertarios digitales. Dios los bendiga. Valga como muestra el comentario de Javier Berrocal Pérez: “Acabo de descubrir sus artículos Errores y erratas y los considero muy interesantes. Tanto es así que, a pesar de estar bastante alejado de la ideología de Libertad Digital, entraré a menudo en la página para leerlos”. Pues bienvenido sea. Ya verá cómo los libertarios digitales, amantes de la lengua común, no nos comemos a los niños crudos, ni tampoco cocinados. Ni siquiera nos comemos una rosca.
 
Me da mucho ánimo el comentario de Antonio Ropero Vilaró: “En Cataluña, aunque parezca que somos una especie en extinción, también hay individuos que escuchan la Cope, leen El Mundo y se van a dormir previa visita a Libertad Digital. Ni yo dejo de ser catalán, nací en Lérida, ni todos dejamos de ser españoles”. Me parece muy bien.
 
Javier Hueso (Madrid) me anima a seguir batallando por los modestos objetivos de esta seccioncilla de LD. Para lo cual reproduce la cita cervantina “¿Ladran Sancho? Pues cabalgamos”. La cita me enternece, aunque creo que no es del Quijote. La verdad es que me suena mucho, pero no doy con el origen de ese modismo o frase más o menos hecha. Espero que algún curioso lector facilite la correcta genealogía de ese dicho. No la recoge el Diccionario fraseológico de Seco y colaboradores. Solo he visto la mención de “ladran, luego andamos” en el María Moliner. Dice así: “Expresión con que se da a un entender que, si alrededor de cierta actividad, se promueven protestas o críticas, eso es señal de que esa actividad produce efecto”. Así que viene que ni pintiparada para este empeño de destripar el idioma común. Pero no es de Cervantes.
 
Izaskum (sevillana sin raíces vascas) me critica el uso de cuatrianual para referirme a las Olimpiadas. Con toda razón me advierte la de Sevilla que debe decirse cuatrienal (= cada cuatro años). Pido perdón por el disparate. No sé, quizá se me contaminó lo de “bianual” (= dos veces al año). Doña Izaskum se extraña de que yo utilice etáneo, que no viene en los diccionarios. Es un neologismo inventado por mí y que me resulta muy necesario. Una de las asignaturas que imparto en la Facultad es “Sociología de la edad”. Puesto que coetáneo se refiere a “la misma edad”, no sé por qué no vamos a servirnos de etáneo como adjetivo de “edad”. Ya he visto que otros sociólogos se han apuntado a ese neologismo, fácil de comprender y que no hace mal a nadie.
 

Hay que ver la que me ha caído encima con lo de la “persona humana”. Yo dije que era un inútil pleonasmo, pues no hay más personas que las humanas. Docenas de correos para advertirme que si me he olvidado de las tres personas divinas de la Santísima Trinidad. Lista de los primeros correos admonitorios: Luis María Centeno, Marcos García Viúdez (Valencia), Víctor Artacho. Pido perdón. De todas formas, lo de “persona divina” no deja de ser una metáfora. Persona de verdad sólo fue Jesucristo. No se me tome como herejía lo que es un enaltecimiento de la figura del Redentor.

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