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Juan Manuel Rodríguez

Se completó el círculo vicioso del Valencia

Ronald Koeman, por ejemplo, tenía contrato con el Ajax de Amsterdam hasta el año 2006, pero, tras la eliminación de su equipo en la Copa de la UEFA, ha decidido presentar la dimisión. Ranieri no, Ranieri de ninguna manera, Ranieri jamás

Se completó el círculo vicioso del Valencia: el club fuerza la salida del entrenador más laureado de toda su historia, ficha a otro que tenía un pie y medio fuera del Chelsea, le echa y, ¡por fin!, le suple con quien fuera precisamente la mano derecha y hombre de confianza del técnico que consiguió el doblete con Liga y Copa de la UEFA en el mismo año. Aquí quien tendría que dar la cara y explicar qué es lo que ha ocurrido exactamente durante estos últimos seis meses es el señor Manuel Llorente. Benítez nunca pierde la ocasión, ya sea desde Madrid o desde Liverpool, de responsabilizarle a él de su traumático adiós. Es tan reiterada la denuncia, agita con tanta persistencia y vehemencia su dedo acusador Benítez y siempre haciéndolo en la misma dirección, que ya va siendo hora de que Llorente explique, de ser razonable la crítica, por qué le negó el pan y la sal al entrenador más rentable que ha tenido el Valencia a lo largo de su historia, y por qué, sin embargo, le dio sin regatear el oro y el moro al italiano. No dudo en absoluto que si la "operación Ranieri" hubiera salido bien, Llorente se habría colgado de golpe y porrazo seis o siete medallas y le habría pasado la oportuna factura a Benítez.
 
En sentido contrario y puesto que todo ha salido rematadamente mal, Llorente debe hablar ahora mismo o callar para siempre y marcharse cuanto antes. No critico la actitud peseteril de Ranieri, aunque se confirma que hay dos formas muy distintas de actuar ante estos casos. Ronald Koeman, por ejemplo, tenía contrato con el Ajax de Amsterdam hasta el año 2006, pero, tras la eliminación de su equipo en la Copa de la UEFA, ha decidido presentar la dimisión. Ranieri no, Ranieri de ninguna manera, Ranieri jamás. Pero Claudio, que tenía firmadas esta temporada y dos más, es un luchador incansable, un gladiador que no se rinde y que, lógicamente, tampoco presenta la dimisión. Quienes no han podido luchar más y, exhaustos y extenuados ante la evidencia del cataclismo, han tenido que sacar la bandera blanca, han sido los consejeros del Valencia. El italiano ha dicho que su objetivo era acabar su carrera en el fútbol español... ¡Menudo carrerón, amigo, menudo carrerón!... Se completó el círculo vicioso del Valencia. Ahora sólo falta que López triunfe y que también le hagan a él la vida imposible.

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