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Amando de Miguel

El lenguaje popular

En efecto, monclovita se parece a moscovita (referido a Moscú). Precisamente, fue esa asociación humorística la que hizo fortuna con el nuevo adjetivo.

Ramón (Alicante) sostiene que la locución “a lo peor” no tiene mucho fundamento. En su opinión es una corrupción injustificada de “a lo mejor”, que señala una posibilidad, buena o mala. En teoría eso está muy bien. Pero en la práctica, y de modo coloquial, se utiliza el “a lo mejor” cuando la posibilidad es buena o deseable, y “a lo peor” cuando es mala o indeseable. Al menos el diccionario de Seco así lo permite. De todas formas, ese juego de palabras debe mantenerse solo para el lenguaje oral. Hay que hacer todos los esfuerzos posibles para separar las reglas que rigen el lenguaje hablado y el escrito. Desgraciadamente, el español no admite muchas diferencias entre esos dos modos de expresarse. Cabe solo que se aproximen en la correspondencia privada, y por extensión, en los mensajes a través de los artilugios informáticos.
 
Fernando Rodríguez Fernández (León) sostiene que el adjetivo monclovita (para lo referente al palacio de la Moncloa) no le parece muy adecuado; “suena a ruso”. En efecto, monclovita se parece a moscovita (referido a Moscú). Precisamente, fue esa asociación humorística la que hizo fortuna con el nuevo adjetivo. Se supone que el “complejo” de la Moncloa es una especie de caricatura del Kremlin, en pequeño y en feo. En ambos casos, la “nomenclatura” se encierra en esa especie de campo de concentración y ya no ve lo que pasa extramuros. No creo que progrese lo de moncloveño o moncloano que propone don Fernando. Se perderá el sentido humorístico de ese gentilicio, referido a una parte de la Ciudad Universitaria madrileña.
 
Carlos Bonilla me pregunta cuál es el plural de “perfume” ¿perfumes o perfúmenes? En la duda, la más corta. Siempre se ha dicho “los perfumes”. Lo de “perfúmenes” suena redicho. ¿No habrá aquí un contagio de aquella canción tan salada: “Son tus perjúmenes, mujer”?
 
José Antonio Mases defiende la diferencia entre anteayer (el día anterior al de ayer) y antes de ayer (cualquier día anterior al de ayer). Francamente, no creo que esa diferencia se mantenga. Anteayer, antier y antes de ayer significan lo mismo (el día anterior al de ayer). La variación es puramente territorial. El concepto de “cualquier día anterior al de ayer” se construye mejor con “en el pasado”, “antes”, “hace algún tiempo”, etc.
 
A propósito de la expresión truchas para llamar a los homosexuales, Daniel Luna Revilla (Zaragoza) me aporta el dato de una película de Saura, “Taxi”, en la que a los homosexuales se les llama pescado. El dato es interesante, pero sigo sin entender la asociación con la homosexualidad. ¿Quizá es que un homosexual nos parezca insípido? Espero que alguno del gremio nos ilustre.
 
Buena la hice con la fabalogía que me inventé como una chanza. Son innúmeros los correos que me llegan dando cuenta de las peculiaridades locales de las habas, habichuelas y demás familia. Maria Fernanda Vallecillo y Vidal (Puerto Rico) asegura que en su tierra “todas son habichuelas, menos las negras que son frijoles negros. Luego están las habas que son verdes y achatadas”. Se añade la clásica “faba asturiana”. Precisa que “moros y cristianos es arroz con habichuelas; con preferencia, rojas. Es un condumio habitual en Puerto Rico”.
 
Luis Palomino me envía algunas precisiones sobre mi comentario sobre las legumbres. Efectivamente, se deslizó una errata. Son chícharos los guisantes en algunas partes de España más latinizados. Sigue don Luis: “en Murcia los llaman pésoles y en Sevilla los chícharos son las judías verdes”. Añade que en algunas zonas meridionales de la Península las habas verdes se comen directamente de la vaina. Añado yo que las habas también se pueden guisar con la vaina si están tiernas.
 
Sobre la misma cuestión “fabacológica” me pide Rafael Navarro Ruiz que añada una glosa a lashabichuelas. Me da pie para ello el ilustrado comentario de Francisco Javier González Priego: “Reivindico la grandeza de las habichuelas”, diminutivo dehaba, pero que forman una especie distinta. Por lo visto en Écija se llamanhabicholonesa las judías verdes. Todo un mundo. Intuyo que los romanos eran muy aficionados a las legumbres, pero disponían de menos variedad que nosotros. Al tronco romano (habas, guisantes, garbanzos, lentejas) se añadió la profusión de frijoles o fríjoles traídos de América. Resuelvo, además, la duda sobre el apodo deCicerónque damos al gran Marco Tulio. Fernando de Mendoza recoge la tradición de que le venía por una verruga en forma de garbanzo que tenía en la cara. Entiendo que era más bien el apodo de la familia de origen, cosecheros de legumbres. Pero, ya se sabe, las teorías falsas son las que tienen más predicamento.

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