Menú
Fundación Heritage

Peligro y oportunidad en Irán

Los mulás tienen una ideología que es pro terrorista y es por lo que luchan; no van a dejar la ideología por las buenas cuando la cosa se ponga fea. Por eso tenemos que estar allí antes que consigan la bomba

Jay Bryant

Hay muchos países en el mundo, me viene a la cabeza EEUU, que deberían estar trabajando para desarrollar sus capacidades nucleares energéticas. pero Irán, país rico en petróleo no es uno de esos países.
 
Debemos entender este hecho en todo momento cuando uno afronta la pregunta de qué hacer con los iraníes. La única razón por la que están siquiera mínimamente interesados en adquirir capacidad nuclear es por razones militares. Si tienen que poner unos cuantos reactores para dar luz a unos cuantos pueblos en las laderas del Cáucaso o en la costa de Makran, ellos estarán encantados... siempre y cuando haciéndolo les ayude a mejorar su capacidad de fabricar una bomba nuclear. De otra manera, el mulá promedio estaría interesado en energía nuclear tanto como en el culebrón de moda. Quizá hasta menos.
 
La política de EEUU en Irán es simple. Queremos un cambio de régimen. Queremos que los persas comunes y corrientes salgan a las calles como los ucranianos o los libaneses y les digan a sus mulás que se larguen. Una vez conseguido, proponemos que haya unas elecciones y que pongan un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Después de eso, no tenemos ninguna política en particular y preferiríamos olvidarnos de Irán hasta que monten algunas bonitas instalaciones turísticas como para que podamos tomar el tour guiado a la antigua Persépolis, especialmente si los nativos nos presentan con un diorama verdaderamente bueno que represente la orgía y el pillaje organizado por Alejandro Magno en 330 AC.
 
Ya ve. Ésa es la diferencia entre nosotros y los antiguos macedonios. Nosotros no conquistamos. Hasta cuando realmente entramos con nuestro ejército en algún país, no dejamos generales como sátrapas más que el tiempo que es absolutamente necesario. Es más, si no nos gusta su gobierno y me apuesto el sueldo que a ustedes tampoco y por muy buenas razones, nosotros encantados les dejamos que lo cambien y si podemos echarles una mano, sólo tienen que llamarnos.
 
Justo como dijo el Presidente Bush el otro día, estamos listos para arrimar el hombro con ustedes tan pronto como se les ocurra algún símbolo para una revolución contra los tiranos de Teherán (rosa, naranja y cedro ya están tomados). Y sí, es cierto que no lo hicimos en 1953 y en 1979 cuando el tirano de turno era nuestro amiguete, el Sha, pero las cosas eran distintas entonces con lo de la Guerra Fría y eso. Ahora estamos listos. ¿Y ustedes?
 
Si no es así, vamos a dejar un poco más de tiempo a que las potencias europeas traten de arreglarlo diplomáticamente. ¿Cuánto tiempo? Bueno... no lo vamos a decir, por lo menos públicamente, aunque uno se pregunta si el Presidente Bush no sugirió alguna fecha límite a Monsieur Chirac y Herr Schroeder.
 
No soy un diplomático, pero yo se los habría puesto así: A ver amiguitos, tenéis hasta el día tal para hablar con los mulás y decirles que abandonen su programa nuclear y si ustedes pueden hacerlo, ya veré yo que les den todo el crédito por ello. Pero si no tenéis éxito, voy a decir a los israelíes que bombardeen cada reactor que haya en Irán.
 
Eso sería lo que yo diría, seguramente por eso no me invitan a las misiones diplomáticas, pero, sin embargo, si la cosa se pone seria, es lo que debería estar pasando. Nada de armas nucleares para Irán. Punto final.
 
Un mulá con armas nucleares es como una película de terror. Piense en el problema que puede provocar un país pequeñísimo como Corea del Norte, un sitio en el que a la gente la tienen muerta de hambre gobernado por un dictadorzuelo. Podríamos pisarlo como a un insecto o ignorarlo como irrelevante excepto que el chico es nuclear. No podríamos ignorar jamás a un Irán nuclear.
 
En todo Oriente Medio, monarcas y dictadores están estudiando duro la historia británica estos días, tratando de averiguar cómo se puede convertir un país en democracia y, al mismo tiempo, seguir teniendo una antigua familia real que viva bien, bueno... como reyes. Lo llaman estrategia de salida.
 
Pero los mulás no son así, o como Gadaffi, que puede que sea sólo un coronel pero se comporta como si fuese un rey, incluso tiene conocimientos de cómo llegar a un acuerdo. Los mulás tienen una ideología que es pro terrorista y es por lo que luchan; no van a dejar la ideología por las buenas cuando la cosa se ponga fea. Por eso tenemos que estar allí antes que consigan la bomba.
 
Hacer que esto sea realidad requiere del coraje de una parte del pueblo iraní, firmeza por parte del gobierno americano y, sí, algo de diplomacia por parte de los europeos también.
 
Pero el impacto en el mundo sería verdaderamente impresionante. Irán, Irak, Afganistán: una vasta franja de casi 4.000 kilómetros en el corazón mismo de Islamia, desde el desierto árabe a través del Hindu Kush cruzando hasta China, hogar de más de 125 millones de personas, que pasarían de la tiranía a la libertad en unos pocos años.
 
Hay muchísimo en juego.
 
 
©2005 Jay Bryant
©2005 Traducido por Miryam Lindberg
 
Jay Bryant es un famoso experto en Medios de Comunicación. Publica artículos de opinión tres veces por semana en The Optimate; artículos que son fielmente seguidos en la Casa Blanca y el Capitolio.
 
Libertad Digitalagradece a la Fundación Heritage y al señor Bryant el permiso para publicar este artículo.

En Internacional

    0
    comentarios