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Mucho ruido y pocas nueces

La impresión general es que el Ministro está más pendiente de su imagen y de su propia agenda política que de arreglar los muchos problemas que padecen nuestros ejércitos

El balance del primer año de José Bono como Ministro de Defensa se podría resumir diciendo mucho ruido y pocas nueces. En estos doce meses ha habido muchos más anuncios que hechos, mucha más imagen que realidad y más marketing que política.
 
Los dos temas políticos estrella fueron la retirada de nuestras tropas de Irak y el accidente del Yak 42. El Ministro explotó hábilmente estos dos asuntos para desgastar a la oposición, pero ambas cuestiones ya no tienen más recorrido político. Especialmente tras la decisión de Gobierno de reiniciar la cooperación militar con Irak en el marco de la OTAN y de asumir mayor responsabilidad en Afganistán.
 
Por el contrario, los dos grandes problemas de las Fuerzas Armadas: la escasez de personal y la insuficiencia presupuestaria, siguen esperando una respuesta. En el primer caso, se han adoptado algunas medidas parciales, como una leve mejora de retribuciones o la ampliación del cupo de extranjeros, pero las unidades operativas continúan bajo mínimos e incluso empeorando en algunos casos como la Flota.
 
El Ministro ha anunciado un cambio radical en el modelo de reclutamiento, con compromisos a veinte años que darían derecho posteriormente a una media pensión. Esa es una alternativa interesante para las Fuerzas Armadas, pero por el momento no ha pasado de una filtración a la prensa.
 
La situación presupuestaria sigue siendo preocupante. No hay dinero para asumir los compromisos de adquisición de material ya contraídos. El presupuesto para 2005 creció menos que el de 2004 y sigue planteando graves insuficiencias para las Fuerzas Armadas. Defensa debería renegociar con Hacienda un aplazamiento en la devolución de los préstamos a las empresas para el desarrollo de los programas principales, pero nada se sabe por el momento. Como no se encuentre una solución rápida, el Ministerio de Defensa puede entrar en quiebra el próximo año.
 
Tampoco se ha avanzado nada en la necesaria reforma de las Fuerzas Armadas. El Ministro anunció que remitiría un Proyecto de Ley de Defensa Nacional antes de que finalizara 2004. Estamos a mitad de marzo de 2005 y el proyecto aún no ha llegado. Es posible que el próximo Consejo de Ministros lo apruebe. Sin embargo, la tramitación parlamentaria puede estar menos despejada de lo que el Ministro estima.
 
La Directiva de Defensa Nacional ha sido por tanto el único hecho concreto que se ha producido. Pero se trata de un texto que no marca directriz política y carente de toda ambición. Ni siquiera logró el Ministro un consenso pleno del PP con el mismo.
 
Bono ha defraudado en buena medida las expectativas que hace ahora un año muchos militares depositaron en él. Su patrioterismo fácil genera cierto desdén en un colectivo que tiene muy claro cuál es su concepto de Patria. La impresión general es que el Ministro está más pendiente de su imagen y de su propia agenda política que de arreglar los muchos problemas que padecen nuestros ejércitos.

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