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Luis Pazos

Abecedario del populismo

Afirma Álvaro Vargas Llosa: “el populista es un ser providencial, situado por encima de las leyes y los programas, que se debe al “pueblo”, antes que a una filosofía o una doctrina...

En la edición de marzo de la prestigiosa revista “Letras Libres”, dirigida por Enrique Krauze, seis intelectuales de varios países iberoamericanos escriben sobre el populismo, fenómeno social que amenaza a los mexicanos en el 2006.
 
Dice Juan José Sebreli: ”En un afán de encontrar una entidad concreta, una existencia empírica de “Pueblo”, los populistas lo confunden con las masas congregadas en una manifestación política, en un tumulto callejero, en un acto de protesta o en un estallido social”.
 
Señala Alfredo Barnechea sobre el neopopulismo: “Al principio fue una expresión política. Luego cuajó en un modelo macroeconómico: reactivación salarial para activar la demanda, lo que generaba crecimiento en una primera etapa; uso indiscriminado de las reservas, más tarde inflación, y finalmente caída de las economías”.
 
Afirma Álvaro Vargas Llosa: “el populista es un ser providencial, situado por encima de las leyes y los programas, que se debe al “pueblo”, antes que a una filosofía o una doctrina... las “formas” propias del Estado de Derecho pierden importancia. Con frecuencia, el referéndum o la consulta popular –o el discurso– actúan de sucedáneo del Estado de Derecho, avasallando minorías”.
 
Aclara Marcos Aguinis: “Ningún gobierno populista ha determinado un progreso sostenido, ni ha consolidado la institucionalidad democrática ni ha favorecido la maduración social... La manipulación de la opinión pública es fundamental. Necesita que las masas crean a pie puntillas que los dirigentes son esclarecidos, infalibles y sacrificados”.
 
Comenta Fernando Rodríguez: “el populismo es un discurso y una práctica política; si hay pan hay circo... –la dádiva, la solución mágica e inmediatista y el mito tribal– para pobres y, por ende, implica promesa, porvenir y cantos”.
 
Resalta Sergio Sarmiento: “Si las reglas del mercado se resisten a las órdenes de un gobernante populista, éste piensa que puede abolirlas, con lo que crea mayores males. Y si el derecho positivo o las garantías individuales impiden la aplicación de las políticas que supuestamente deberían beneficiar al pueblo, el gobernante populista simplemente las descarta”.

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