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Carlos Semprún Maura

Jugando al mus

Hace un par de días, el senador vitalicio de Palavas-les-Flots, Jorge Semprún, partidario del “sí” –dime con quién andas y te diré quien eres–, insultó públicamente a Emmanuelli y Fabius, partidarios del “no”

No hay que dar mayor importancia al paripé de Chirac invitando a Putin y Zapaterito a una merienda en París (Schöder también estuvo, pero por su cuenta), por que esto forma parte de sus labores de ilusionista presentándose como líder mundial para ocultar su creciente aislamiento, dentro y fuera de Francia. Me recuerda a esas niñas que invitan a tomar té a sus muñecas y les sirven agua caliente en tacitas diminutas. Todo es diminutivo en Francia. Si algo pasa, lo cual no es nada seguro, pasará en la cumbre UE-Rusia, en Moscú, el 10 de Mayo.
 
La actuación de Francia, y en este caso también de Alemania, en relación con las normas y tratados europeos, que ellos mismos votaron, es significativa: el Pacto de Estabilidad, ya decidido en Maastricht, les molesta, pues a la basura y nadie rechista. La famosa “directiva Bolkestein” les molesta y a la .... ¡No!... no lo han logrado aún, en este caso la resistencia ha sido más consecuente, el presidente de la Comisión, Durao Barroso, el Reino Unido y otros países han defendido la liberalización de los servicios, y lo único que ha logrado el eje del mal francoalemán es que se vuelva a estudiar el proyecto, pero sin abandonar el principio de la liberalización de los servicios. Está visto que, con o sin Constitución, estos dos países querrán imponer su voluntad y sus intereses nacionales, al resto de la UE. Y se avecina la crisis de la política agrícola común, que beneficia más a ciertos países que a otros, y muy particularmente a Francia.
 
Los dos últimos sondeos dando sucesivamente, un 51% y un 52% de “noes” al referéndum sobre la farragosa Constitución, el cuento de los “sí” ha estallado. Sobre todo en el PS, porque estos sondeos indican que es en electorado de izquierdas, y concretamente socialista, en el que el “no” aumenta considerablemente: un 27% de nuevos partidarios del “no” a la izquierda, y sólo un 4% de nuevos partidarios del “no” en la UMP. François Hollande está que trina y teme por su carrera, entonces amenaza a los líderes socialistas afectos al “no”, les prohíbe hacer mítines y hablar “en nombre” del partido, pero no se ha atrevido aún a tomar sanciones, pese al cabreo de muchos de sus lugartenientes que exigen la aplicación a rajatabla del “centralismo democrático” estalinista. Hace un par de días, el senador vitalicio de Palavas-les-Flots, Jorge Semprún, partidario del “sí” –dime con quién andas y te diré quien eres–, insultó públicamente a Emmanuelli y Fabius, partidarios del “no”. Le acusó a Laurent Fabius de grosería, porque, mientras el “águila de los Cárpatos”, Zapaterito, hablaba en la Asamblea Nacional, él, Fabius, hojeaba un catálogo de obras de arte en vez de leer uno de sus libros. También le aconsejó el psicoanálisis pero lo que no quedó claro fue si como paciente o si era una invitación freudiana a compartir diván.
 
Oír a representantes de la UMP y del PS, mancomunados en la defensa intransigente del “modelo social” europeo y la “economía social de mercado” es para morirse de risa. Desde luego, esto no quiere decir nada, salvo mantener los altos niveles de paro actual. Reino Unido, por ejemplo, que se ha apartado de esos modelos burocráticos, siendo un poquitín más liberal, ha vencido el paro.No comment.

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