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EDITORIAL

Wolfowitz en el Banco Mundial

Lo que sí debería saber Zapatero -además de diplomacia- es que su torpe e irresponsable comentario no será lo que impida a Wolfowitz convertirse en el próximo presidente del Banco Mundial, ni lo que ayude a mejorar nuestras relaciones con EE UU

Poco ha tardado la anunciada candidatura de Paul Wolfowitz a la presidencia del Banco Mundial en desatar la polémica entre los sectores más radicales e iletrados de la izquierda y los movimientos antiglobalización. No obstante, era previsible. Si la institución del Banco Mundial –institución burocrática nacida al abrigo del intervencionismo económico- ya es de por sí absurdamente satanizada por estos sectores como punta de lanza del libre comercio internacional, el hasta ahora subsecretario de Defensa estadounidense es visto, quizá con más razón, como una de sus bestias negras por haber sido uno de los principales artífices intelectuales de la intervención militar en Irak.
 
Quizá para contentar a esos sectores más extremistas, Zapatero ha salido a la palestra con una boutade, con la que ha querido desprestigiar al candidato norteamericano, y en la que decía que “en el terreno de la política económica aún creo, si no me corrige el vicepresidente Económico, no se encuentra la doctrina del ataque preventivo”.
 
Al margen del intento de ridiculizar al probable nuevo presidente del Banco Mundial, -y al margen, dicho sea de paso, de la enorme aplicación que la noción del “ataque preventivo” tiene, a través de la moderna Teoría de Juegos, tanto en los campos de la seguridad y defensa, como en la estrategia económica y empresarial- , las declaraciones del presidente del gobierno español constituyen una nueva muestra de su inagotable irresponsabilidad. Para que luego salga el embajador de España en EEUU, Carlos Westendorp, arremetiendo contra el PP y contra quienes se empeñan en medir la intensidad de las relaciones entre Washington y Madrid "cronómetro en mano”.
 
Al contrario de lo que vociferan los movimientos de extrema izquierda, si por algo es criticable el Banco Mundial es por las veces que ha frenado el comercio internacional y las veces que ha sustentado con sus créditos públicos políticas empobrecedoras y antiliberales en el tercer mundo.
 
La libertad y la prosperidad van de la mano, y extenderlas por un mundo que sólo conoce desesperantes tiranías es una esperanza para la seguridad de occidente que, ahora, puede estar más próxima de hacerse realidad con la llegada de Wolfowitz a la presidencia del Banco Mundial.
 
Wolfowitz, por su parte, tiene, además de su trayectoria en el campo de la Defensa –algo que cada día debería estar más relacionado con las políticas de desarrollo-, un bagaje que lo hace especialmente adecuado para el cargo, no sólo por sus estudios universitarios, sino también por su actividad profesional como embajador en Indonesia, en donde fue abogado de lúcidas y variadas propuestas de reforma económica.
 
Al margen de todo ello, lo que desde luego sí debería saber Zapatero es que la diplomacia es fundamental en la política exterior. Y que su torpe e irresponsable comentario, no será lo que impida a Wolfowitz convertirse en el próximo presidente del Banco Mundial, ni lo que ayude a mejorar las relaciones con EEUU.

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