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Ignacio Villa

Hay gato encerrado

Si un presidente del Gobierno tiene sobre su cabeza el peligro de ser acusado por utilizar unos Servicios Secretos para ganar unas elecciones, no puede salir hablando de cábalas y del partido adversario

Más claro, el agua. El presidente Zapatero ha sido preguntado en la rueda de prensa final del Consejo Europeo de Bruselas sobre el espía Huarte. Su respuesta, como siempre, ha sido la nada. Dicho de otra forma, se ha ido por los cerros de Úbeda. Han pedido al Jefe del Ejecutivo una confirmación sobre las noticias que indican que él podría haber recibido información desde los Servicios Secretos en los días posteriores a los atentados. Zapatero no ha negado nada. Se ha limitado a calificar de "cábalas" esa posibilidad y ha vuelto como siempre a remover el cubo de su talante: el Partido Popular –dice– no ha sabido aceptar la derrota electoral del 14 de marzo.
 
La incapacidad de Zapatero para dar una respuesta convincente ante esta polémica es la prueba más evidente de que aquí hay gato encerrado. Si un presidente del Gobierno tiene sobre su cabeza el peligro de ser acusado por utilizar unos Servicios Secretos para ganar unas elecciones, no puede salir hablando de cábalas y del partido adversario.
 
Zapatero, máximo responsable político de España, en esta historia no se puede permitir un margen para la demagogia barata. Nos estamos jugando todos muchas cosas y por lo tanto las gracietas –sí le parece a este señor– deberá dejarlas para las tertulias de León. El presidente del Gobierno ha eludido toda respuesta sobre esta acusación clara y nítida, por lo que todos tenemos el derecho para mantener la presunción de que Zapatero recibía información privilegiada desde algunos sectores de los Servicios Secretos durante los días de la infamia.
 
Ahora comienzan a aclararse muchas cosas. Ahora entendemos por qué varios dirigentes socialistas alardeaban entonces de tener mejor información que el Gobierno, incluso algunos no escondían que el CNI tenía una información que no manejaba el Ejecutivo. Y esta nueva pista también aclara las razones por las que la Cadena SER podía ofrecer datos sobre las investigaciones antes incluso que el propio ministro del Interior dispusiera de ellas.
 
La aparición de Fernando Huarte ha cambiado el paso al PSOE en las investigaciones del 11 de marzo, hasta tal punto que por primera vez en muchos meses están transmitiendo nerviosismo e improvisación. El PSOE no sabe qué hacer y por el momento se dedica a ganar tiempo. No quieren más comisión de investigación, un error que terminarán pagando. Y es que parece que no aprenden. El Partido Socialista ya cometió estos errores con el terrorismo de Estado de los Gal. En lugar de afrontar en el primer momento lo que había pasado, prefirieron callar y ocultar. Al final todo les estalló en las manos. Más de diez años después vuelven a las andadas. Piensan que con la mentira y la ocultación pueden solucionar las cosas. Y la historia confirma que no es así.

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