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Amando de Miguel

Los orígenes

José Antonio Sobrado aporta una divertida historia para explicar el origen de fuck en inglés (= follar). “En la Edad Media la gente no podía tener relaciones sexuales sin contar con el consentimiento del rey (a menos que se tratara de un miembro de la familia real). Cuando la gente quería tener un hijo, se debía solicitar un permiso al monarca, quien entregaba una placa que se colgaba fuera de la puerta mientras se mantenían relaciones. La placa decía Fornication under consent of de King, de donde surge el acrónimo FUCK. No he podido verificar si es o no cierto, pero no deja de tener gracia. ¿No le parece?”. Pues sí, tiene gracia, pero la historieta es absolutamente inverosímil. Con lo fácil que es imaginar el origen latino de fuck y de follar, emparentados con el fuelle.
 
Manuel Jiménez (Montilla, Valencia) me pide información sobre la voz bizarro, que en español significa “valeroso” y en francés e inglés “extravagante”. He consultado varios diccionarios y cada uno da un origen distinto. El más probable es el que lo relaciona con el vascuence, en donde bizarra se asocia con afeitarse, por tanto, una operación típicamente varonil. De ahí es fácil pasar al sentido de “valeroso” o de “apuesto”. En italiano bizarro es un hombre enfadado, furioso. Lo más probable es que los españoles llevaran a Italia esa palabra de origen vasco. De ahí pasaría al francés y al inglés, con pequeños cambios de sentido.
 
Hablando del vascuence, José Félix Alonso (Santurzi, Vizcaya) se enfada mucho porque yo reconozco el origen vasco de zulo o kale borroka. Razona así: “La cocina me parece mucho más significativa que el terrorismo, y no por ello se llama legatza a la merluza al sur de Orduña. Este tipo de comentarios se los puede meter por donde le quepan, pero que le salgan por donde no”. Qué fino. Me reafirmo en mi teoría de que la violencia se desata en los pueblos y en las personas que no saben insultar o que tienen miedo de las palabras. Es todo un hallazgo ese “sur de Orduña” para evitar la mención de España. Otra cosa, la merluza se llama así porque es el “Lucio del mar”, según lo mencionaban los romanos.
 
Ignacio de Despujol y Coloma (Madrid) se hace una pregunta curiosa: “¿Por qué decimos despejado cuando el cielo está sin nubes y no podemos decir pejado cuando está cubierto? El verbo despejar es antiguo, anterior a Cervantes. Procede del portugués despejar (= vaciar, desocupar), derivado de pejar (= llenar, ocupar). Por alguna razón que desconozco, importamos del portugués un verbo pero no el otro. Otra pregunta que hace don Ignacio es “¿Por qué no podemos “crepar” con alguien cuando estamos de acuerdo con él, y sí podemos “discrepar” cuando no lo estamos? En ese caso el origen está en el verbo latino discrepare (= disonar, sonar distinto). En latín tenían también crepare (= crujir), pero no nos cautivó. Lo de la lengua tiene mucho de capricho.
 
Manuel Parra Palacios, asegura que en un periódico deportivo emplean la voz “errático como sinónimo de erróneo, quizá como una categoría menor de equivocación”. No son estrictamente sinónimos. Errático califica a alguien que vaga de un lado para otro con una conducta imprevisible. Erróneo es que está equivocado. Tienen de común que proceden del verbo latino errare (= vagar, estar equivocado).
 
Daniel López-Cañete discute mi apreciación de ponerle la tilde a las palabras latinas cuando las introducimos en español. En todo caso ─argumenta─ si se escriben con tilde, entonces no deben ponerse en cursiva. No lo había pensado, pero tiene toda la razón. De ahora en adelante intentaré seguir ese criterio.
 
María de la Fuente me pregunta “qué hay de verdad ─o de mentira─ en que el idioma gallego es padre del castellano”. No soy filólogo, pero lo que saben los expertos se puede compartir. El gallego es un idioma románico o romance derivado del latín y emparentado con el portugués, con el que se confunde hasta el siglo XIV. Ese es el momento glorioso en el que los Reyes Alfonso X de Castilla y don Dionís de Portugal emplean la misma lengua (portugués o gallego), el Rey castellano para las composiciones poéticas. Pero a partir del siglo XIV el castellano se impone sobre el gallego y no tanto por la fuerza como por la costumbre. En el siglo XIX hay un renacimiento del gallego como lengua culta, pero más que nada poética.
 
El castellano es también un romance derivado del latín. Aparece poco después que el gallego o el catalán, hacia el siglo IX, en el territorio que va desde Cantabria a La Rioja. Seguramente, los primeros hablantes del romance castellano se defendían también en vascuence, pero no en gallego. Con el tiempo, el castellano se impuso sobre los otros romances peninsulares, pero no por mandato legal sino por ser un idioma de comercio, de relación. Cuenta también la creciente expansión militar del reino de Castilla. El castellano adopta más voces del vascuence y del árabe que los otros romances peninsulares. La conquista de América convierte al castellano (ya español) como un idioma de alcance internacional.
 
Diego Rodríguez (Cádiz) se queja de que en algún periódico se digaBeijin(sin tilde) en lugar dePekín. A mí me gusta más lo dePekínypequinés.Lo deBeijinfue una norma impuesta por el Gobierno de China para todo Occidente. Por lo mismo ya no nos dejan decirCantón. Lo mejor es que sigamos utilizando la versión tradicional. Nosotros no decimos a los chinos cómo tienen que pronunciar Alcalá de los Gazules o Madrigal de las Alta Torres.

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