Este es el dicho popular francés que ironiza sobre las promesas de los políticos: el oro y el moro y además se afeita gratis. Como ya dije, las inquietudes de los partidarios del “sí”, ante el aumento del “no” en los sondeos se disparan. A los argumentos ya empleados desde hace semanas con el objeto de sembrar el máximo de temores e inquietudes si triunfa el “no”, se añaden estos días peregrinos argumentos chovinistas. El que, por ahora, se ha llevado la “palma de oro” en este sentido, es Dominique Perben, ministro de Justicia, en el mitin a favor del “sí” presidido por Jean-Pierre Raffarin, que tuvo lugar en Lyon este miércoles. Decía este buen señor: “que la Constitución propone una Europa francesa, está escrita en francés, a ver si me entienden de una vez”. O sea que el espíritu francés, el modelo social francés, el paro francés, la excepción cultural francesa, y hasta sus quesos, dominarán Europa, si se vota “sí”, mientras que votar “no” era conservador, y el “sí” progresista, y que él votaría “sí” pensando en su madre y en su hija ¡Vaya argumento! Y si su hija vota “no” ¿ordena su lapidación?
La víspera, estaba invitado al programa de televisión, “France-Europe-Express” el padre de la criatura, Giscard d´Estaing. Su argumentación fue más sosegada y bastante convincente en cuanto a la defensa de la identidad histórica y geopolítica de Europa para oponerse a al adhesión de Turquía, defendiendo para ese país, como para Ucrania, Georgia, o incluso Rusia, lo que aquí se califica de “asociación privilegiada”, pero nada de adhesión: “También hay que tener en cuenta la geografía y la historia, porque si se tratara únicamente de valores democráticos, Chile o Nueva Zelanda, pongamos, también podrían adherirse. Seamos serios.” Lo que no es serio, es pretender aislar, o incluso proteger Europa del mundo, porque la globalización es un hecho. El ex presidente no evitó, sin embargo, cierta demagogia sobre la Constitución “social” ni cierto chantaje sobre los peligros del “no” para Francia. El resto de Europa les importa un bledo a todos estos franchutes. Por cierto, a esa emisión estuvo también invitado Gorbachov, en dúplex desde Moscú. Fue lamentable: los cambios democráticos en Rusia fueron cosa suya, y sólo suya; Yeltsin instaló la mafia en el poder; Putin no está del todo mal, pero comparado con él... Debería limitarse a seguir haciendo publicidad para Coca-Cola.