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Juan Manuel Rodríguez

La peregrina teoría del "codo descuidado"

Si Soto consiguiera que a Navarro le quitaran un solo partido de sanción con esa peregrina teoría del "codo descuidado", el "zapatazo" al fútbol español sí que sería definitivo

No critico en absoluto que Manuel Soto defienda a Javi Navarro hasta las últimas consecuencias legales, no. Soto es el abogado del Sevilla, cobra por defenderle; de no hacerlo así estaría atentando contra las más elementales normas de deontologóa profesional. Lo que realmente pierde a Soto (y, como consecuencia de esa estrategia de defensa, también al club andaluz) es que, para defender a su jugador, ponga en entredicho la palabra de los médicos del Mallorca y la del propio Arango. Todo el mundo vio claramente lo que ocurrió en Soin Moix, todos pudimos ver la jugada repetida mil veces y todos fuimos Arango, luchando, según los doctores que le atendieron, por su vida. La defensa de Soto, pues, será muy profesional, y no digo que no sea lícita, pero es ciertamente impopular. El Sevilla juega al límite en el campo y también en los despachos.
 
Ahora Soto cambia su táctica (el "problema", hasta ahora, era que el Mallorca aportó un informe médico en el que no se apreciaba que Arango hubiera sufrido una parada respiratoria) y se agarra a la posibilidad de que la llave inglesa fuera fortuita. Acabáramos, ahora sí que lo tengo claro... ¿Y cómo pretende el Sevilla demostrar que no hubo intencionalidad por parte de su futbolista?... ¡Pues con otro informe médico!... ¿De quién?... De un profesor titular de la Universidad de Cádiz, especialista en Educación Física y Deporte "y seguidor del Sevilla"... El informe demuestra que Navarro no quiso hacerle daño a Arango "por la posición de las manos y el codo, la velocidad que traía Arango y el análisis de las lesiones del jugador del Mallorca".
 
Admitamos sólo por un momento que alguien pudiera demostrar la intencionalidad o no de un futbolista por la posición de su codo (aunque yo creo que es precisamente la posición del codo la que constata que Navarro, como él mismo dijo el miércoles, fue conscientemente a protegerse del mallorquinista)... ¿Y?... Hemos demostrado que Navarro no quiso hacer daño a Arango, pero el hecho es que se lo hizo, le hizo mucho daño, muchísimo. Navarro le hizo tanto daño a Arango con ese "codo descuidado" que, según los médicos que le atendieron después del batacazo, hubo un momento que pensaron seriamente que peligraba su vida.
 
Si Soto consiguiera que a Navarro le quitaran un solo partido de sanción, sólo uno, uno nada más, con esa peregrina teoría del "codo descuidado", el "zapatazo" al fútbol español sí que sería definitivo. Ninguna jugada sería sancionable, puesto que todos los clubes alegarían la ausencia de intencionalidad de sus futbolistas. Sobrarían, por tanto, los comités y hasta los árbitros. No habría más penaltis, porque ninguna entrada sería intencionada, ni tampoco se producirían fueras de juego... ¿Qué jugador iba a ser tan tonto como para quedarse intencionadamente por delante de la defensa?... "Esto va para largo", dijo Navarro. Y tanto. Largo me lo fiáis. Y peregrino, muy peregrino.

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