El mismo Gobierno del que forma parte una ministra entregada en cuerpo y alma a quienes demonizan la Red y quiere transformarla en un estado policial se implica ahora en la creación de un Día de Internet destinado a promover su uso en España. Aunque no se trata de una iniciativa del Ejecutivo, el Ministerio de Industria se ha comprometido a ofrecer "todo el apoyo financiero y de soporte" para su desarrollo.
Tras los sucesivos fiascos de planes grandilocuentes como el Info XXI y el Internet para todos de la época de Birulés y Piqué o el ridículo inútil y caro –resulta poco creíble que alguien se haya empezado a hacerlo por los anuncios protagonizados por los personajes de Cuéntame…– de promocionar la Red a través de la televisiva familia Alcántara, ahora hay un cambio de estrategia. No se va a tratar de convencer a quien todavía no accede para que lo haga. El "Día de Internet" estará destinado a concienciar a los internautas de que tienen que promocionar la Red entre las personas que están próximas a ellos.
En principio la idea es mejor que todo lo que se ha hecho hasta ahora, pero tiene varios problemas. El primero consiste en que ninguna campaña, de un día o un año, va a cambiar la actitud del internauta hacia sus conocidos a la hora de hablarles de la Red. Hace casi dos años el entonces ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué pedía a los usuarios que hicieran de propagandistas de la Red apelando al "vínculo emocional". Sobre dicha petición, escribí:
"El internauta habla por igual de sus alegrías y frustraciones. No duda en comentar lo útil que le resulta la Red para informarse, entretenerse, comunicarse con otras personas o comprar; pero tampoco lo hace a la hora de quejarse de conexiones lentas y caras (el principal problema de Internet en España) y de otros inconvenientes que se encuentran a la hora de navegar. Pedirle que haga de propagandista demuestra no conocerle, como cualquier otro usuario de todo tipo de servicios, cuenta su experiencia como la vive, y en España el Ejecutivo no suele colaborar para que sea totalmente satisfactoria en el ciberespacio".
Estas líneas, 22 meses después y con un Gobierno distinto, siguen siendo totalmente válidas. La diferencia es que ahora pretenden gastar dinero público para convencer a los internautas de que asuman el papel de propagandistas voluntarios. Si el "Día de Internet" se limitara a una iniciativa de la AUI y alguna otra asociación, pagada por ellas, sería igual de inútil pero no tendría nada en contra. Cada uno gasta su dinero como considera más adecuado. Sin embargo, la promesa de fondos públicos lo cambia todo. El ministerio de Industria va a gastar el dinero de los contribuyentes en algo que no conducirá a ninguna parte.