Pocos, quizá ninguno, de los procesos que abrió la Iglesia católica, durante el tiempo que el cardenal Ratzinger fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, terminó en excomunión. Pero, suponiendo, que es mucho suponer, que la figura de Ratzinger hubiera tenido algo que ver con alguna de esas supuestas excomuniones de la Iglesia Católica, podríamos preguntar: ¿Cuántos han sido excomulgados con la intervención del cardenal Ratzinger? En el peor de los casos, y atribuyendo al prefecto de la Doctrina de la Fe lo que es responsabilidad del Papa, sólo una persona fue excomulgada en todo lo que duró su prefectura en esa sagrada Congregación.
A la luz de estos hechos, y teniendo en cuenta las infamias que se están vertiendo contra el Papa Benedicto XVI sobre su actitud inquisitorial e integrista durante su tiempo de cardenal, cabría otra pregunta: ¿Por qué fue excomulgada esa persona? Pues, según reconocen católicos y ateos, tirios y troyanos, fue excomulgado por integrista, por intentar practicar, precisamente, “eso” de lo que acusan villanamente a Ratzinger. En efecto, el obispo Lefevre, de origen francés, fue excomulgado por ser, valga la expresión, más papista que el Papa.