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Emilio J. González

¿Una CMT independiente?

Reinaldo Rodríguez fue asesor de José Borrell cuando el socialista catalán desempeñó el cargo de ministro de Obras Públicas, en cuyo ejercicio paró en seco la liberalización de las telecomunicaciones en España y retrasó la apertura del sector varios años

La llegada de Reinaldo Rodríguez a la presidencia de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) suscita varios interrogantes, pero el más importante de ellos es si el organismo regulador de un sector vital para el desarrollo de la sociedad de la información en España será o no independiente.
 
Sobre el papel, un regulador como la CMT es independiente del Gobierno porque su misión es velar porque la competencia sea una realidad palpable en el sector de las telecomunicaciones. Esta es la forma de conseguir los precios más bajos, la mejor calidad en el servicio y los estímulos necesarios para que la innovación sea una constante en esta industria. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica. En el contacto con la realidad es donde surgen las dudas. No olvidemos que Reinaldo Rodríguez asume la presidencia de este organismo como consecuencia de la dimisión de Carlos Bustelo, contrario a la decisión del Gobierno de trasladar la sede de la Comisión a Cataluña. El enfrentamiento al respecto entre Bustelo y el Ministerio de Industria dio lugar a que el titular de esta cartera, José Montilla, quisiera poner al frente de la CMT a un hombre más próximo a las tesis del Ejecutivo. Pues bien, Montilla ya ha conseguido la salida de Bustelo y, desde esta óptica, cabe pensar que Reinaldo Rodríguez es, efectivamente, más progubernamental, lo que no augura nada bueno.
 
No olvidemos que Reinaldo Rodríguez fue asesor de José Borrell cuando el socialista catalán desempeñó el cargo de ministro de Obras Públicas, en cuyo ejercicio paró en seco la liberalización de las telecomunicaciones en España y retrasó la apertura del sector varios años respecto de la fecha acordada para el conjunto de la Unión Europea. Este hecho, probablemente, ya dice mucho acerca de Reinaldo Rodríguez, su talante y lo que le espera a la CMT en el futuro, ya que todo lo que no sea libertad de mercado es intervencionismo del Gobierno. Rodríguez, además, es partidario de la política de mano dura con las operadoras, cosa que probablemente le vendrá muy bien al Ejecutivo cada vez que quiera meter mano en el sector porque el trabajo sucio podría encargarse de hacerlo la propia Comisión.
 
Pensemos, por ejemplo, en los precios de las llamadas de móviles. El Gobierno quiere reducirlo y, para ello, lo lógico sería que estimulara todavía más la competencia en el sector, de manera que fueran las propias fuerzas del mercado las que se encargaran de forzar a las empresas a aumentar una eficiencia que, finalmente, redundaría para quien lo consiguiera en mayores beneficios a pesar de que bajaran los precios, mientras que la sociedad disfrutaría de un servicio más barato y de mayor calidad. Pero el Ejecutivo parece que quiere hacerlo por decreto y demostrar quién es el que manda y resulta que Reinaldo Arenas es un partidario ferviente de que las llamadas que terminan en un móvil, curiosamente el segmento en el que puede intervenir el Gobierno, se abaraten. También es partidario de regular por ley el servicio universal y, en este sentido, obligar a las operadoras a invertir en redes. La cuestión es si esa obligación alcanzará a todas o se limitará, como hasta ahora, a Telefónica, porque este es otro ámbito en el que el Gobierno puede meter mano al sector, directamente, a través de la CMT o con la excusa que brinde la propia Comisión para que el Ejecutivo actúe. Y nada de esto es gratuito si tenemos en cuenta que a Moncloa le gustaría que hubiera al frente de Telefónica una persona próxima al Gobierno socialista, que es lo mismo que decir a sus intereses.
 
A Reinaldo Rodríguez también le toca torear la cuestión de Sogecable, su monopolio en el segmento de televisión digital vía satélite y el cumplimento de las condiciones impuestas por el Gobierno del PP para autorizar la fusión de Vía Digital y Canal Satélite Digital, de la que Sogecable salió muy beneficiado. Bien, pues resulta que Rodríguez tiene muy buena relación con Alfredo Pérez Rubalcaba, hombre clave y de un enorme peso específico en el equipo de José Luis Rodríguez Zapatero y una de las personas que más contribuyó en los tiempos del Gobierno de Felipe González a ayudar a construir desde el poder el dominio de mercado de que disfruta Sogecable. ¿Intentará Rodríguez poner fin a esta situación?
 
A Reinaldo Rodríguez, por supuesto, hay que concederle el beneficio de la duda. Tiene derecho a él, como es lógico. Pero dado lo ocurrido en los últimos meses en torno a la CMT, dado el interés que manifiesta una y otra vez por controlar de una u otra forma las empresas más importantes del país, los demás tenemos derecho a dudar acerca de la independencia futura de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones.

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