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Juan Manuel Rodríguez

"Zapatero" alemán a tus zapatos

Quise ver en su nueva actitud un puntito de mejoría cuando anunció que quería entrenar, le veía parlanchín, risueño, casi humano, como queriendo indicarnos que el auténtico Schuster era el de ahora, el de hoy y no el de ayer

Han puesto de patitas en la calle a Bernardo Zapatero. Acabo de tener conocimiento por mi buen amigo Dieter Brandau, el penúltimo "raulista" vivo, de que Schuster significa "zapatero" en alemán, por lo tanto han echado a Bernardo Zapatero del Levante, equipo recién ascendido a Primera División y con fundadas esperanzas de permanecer al menos otro año más en la devaluada "Liga de las Estrellas". No pretendan encontrarle un recóndito significado a lo del Zapatero levantinista, no creo que vaya a ser antesala de nada. Quizás sea cierto eso de que el fútbol es injusto, pero al menos tiene la virtud de la inmediatez, la instantaneidad. ¿Que no me gusta este tío como entrenador?... Pues le echo a la puñetera calle, así, ipso facto, reunido conmigo mismo, sin consultar previamente con la masa social, Zapatero alemán a tus zapatos. A otra cosa, mariposa.
 
Bernd Schuster ocuparía un lugar destacado en el improvisado Hall of Fame de los futbolistas más egoístas de la historia. Mientras jugó al fútbol se encargó de apuntalar con sus continuos gestos la fama de "ratón colorado" que le precedía allí donde iba. Tuvo problemas con la selección de su país, y en los vestuarios de Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid vivió en una burbuja. Con José Luis Núñez acabó a tiros, mientras que con Jesús Gil empezó bien y terminó rematadamente mal. Pero... ¡mamma mia, qué jugadorazo!... Ya no quedan futbolistas como aquel, capaces de poner a treinta metros un balón al pie del compañero.
 
Por lo que cuentan desde Valencia, el alemán ha trasladado los vicios de niño mimado que adquirió en su etapa de futbolista al cargo de entrenador. Quise ver en su nueva actitud un puntito de mejoría cuando anunció que quería entrenar, le veía parlanchín, risueño, casi humano, como queriendo indicarnos que el auténtico Schuster era el de ahora, el de hoy y no el de ayer, un Schuster nuevo. Pero no. Parece que llevaba muchos meses sin intercambiar ni una sola palabra con el presidente del club, y muchos futbolistas estaban hartos de su trato. En Levante eran plenamente conscientes de que Schuster no seguiría sentado en el banquillo ni un minuto más por mucho que el club consiguiera la permanencia, por lo tanto Pedro Villarroel se ha limitado a adelantar su decisión en un mes. Le ha dicho: "Zapatero alemán, a tus zapatos", y Schuster se ha marchado firmando autógrafos. La inmediatez del fútbol.

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