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EDITORIAL

Las víctimas se sublevan ante la traición de ZP

No será Rajoy, sino las víctimas y los familiares de los muertos quienes el 11 de junio recuerden en la calle a Zapatero su traición

Todavía es pronto para la infamia de responsabilizar al PP de los muertos de ETA, como se le ha responsabilizado de los asesinatos de Al Qaida. Pero espérense a que llegue una nueva tregua de ETA, y ya verán como no falta quien culpe al “inmovilismo” del PP y a su "crispante" rechazo al “diálogo”, del riesgo de que los terroristas vuelvan a matar. De lo que no nos cabe ninguna duda es de que los galgos van a querer hacer suya la victoria de los podencos del 11-M. Y de que no faltaran conejos que les ayuden".
¿Una tregua de ETA para cerrar el frente anti PP?, Editorial de Libertad Digital treinta y tres días después de la matanza del 11-M
 
No ha hecho falta ni siquiera que ETA declare una tregua para que, desde el gobierno del 14-M, Alfredo Pérez Rubalcaba acusara la semana pasada al PP de “querer evitar cualquier posibilidad de acabar con ETA”. Lo importante, sin embargo, no es recordar ahora los infames pasos dados y tolerados desde que ERC y ETA se reunieran en Perpiñán para acordar juntos la “desestabilización del Estado español”, hasta el día de hoy, en el que el Parlamento ha dado el visto bueno -con la digna excepción del PP- a que un gobierno se siente a negociar con la organización criminal. Lo importante hoy es señalar que las víctimas de ETA han dirigido por primera vez su “basta ya” contra un gobierno dispuesto a intentar contentar a sus verdugos.
 
José Luis Rodríguez Zapatero, a quien ETA le pidió por escrito, nada más llegar al gobierno, que tuviera “gestos tan valientes para con Eukalherria como los dados en Irak”, sustenta hoy el optimismo de Otegui de forma tan justificada como provoca la indignación de las víctimas.
 
Zapatero satisfizo a los terroristas islamistas –y a algunas de sus víctimas-  retirando las tropas de Irak. ZP puede alegar que esa misma demanda se la hicieron una mayoria de españoles. Pero lo que no estaba en su programa electoral era la decisión de sumarse a los firmantes de Estella para acabar con el Estatuto de Guernica, ni el de ignorar la Ley de Partidos para permitir la presencia de los proetarras en el parlamento vasco, ni, mucho menos, sustituir el objetivo de derrotar a los etarras por el de negociar con ellos. Porque, que nadie se llame a engaño, a lo que está dispuesto el gobierno de ZP –también por adelantado- no es sólo a estas concesiones políticas que ponen a España en jaque como nación, sino también a ofrecer la impunidad a quienes han sembrado a nuestro país de muerte y dolor; una impunidad que tambien debilita a nuestro nación como Estado de Derecho.
 
No hay que extrañarse, pues, de que las formaciones nacionalistas, a las que se ha sumado el gobierno, le hayan reclamado la mayor discreción a esta infame operación contra la memoria, la dignidad y la justicia de las víctimas. Como tampoco hay que extrañarse de que el presidente de la AVT, tras recordar la Gran Cruz al Mérito que, hace años, recibió en el congreso tras el asesinato de su hermano y de su sobrina de tres años, dijera haber recibido ayer del parlamento "la Gran Cruz de la Indignación y de la Humillación".
 
Rajoy denunció en el Debate sobre el Estado de la Nación que Zapatero “traiciona a los muertos”.  Zapatero dio pronto “por olvidada” una acusación que, no es que sea grave, sino gravísimamente cierta. Pues bien. No será Rajoy, sino las víctimas y los familiares de los muertos quienes el 11 de junio recuerden en la calle a Zapatero su traición.

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