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Ignacio Villa

ZP ya no puede mirar a las víctimas

Cada día nos encontramos con una nueva vuelta de tuerca, cada vez más lejos de la convivencia democrática, cada vez más cerca de las exigencias etarras.

Cada día que pasa, cada jornada vivida políticamente nos lleva a una situación cada vez más complicada. Es más, nos encontramos en una situación que comienza a ser democráticamente inviable. Ya no estamos en una dinámica en la que Rodríguez Zapatero intente colocarse la medalla de la paz en el País Vasco. Incluso se ha quedado atrás el entierro del Pacto Antiterrorista o la Ley de Partidos. Cada día nos encontramos con una nueva vuelta de tuerca, cada vez más lejos de la convivencia democrática, cada vez más cerca de las exigencias etarras.
 
Los aplausos que ha recibido el presidente Zapatero del batasuno Otegui y la confirmación publicada en Gara confirman que el presidente del Gobierno está siguiendo al pie de la letra las órdenes impuestas por los terroristas etarras. Zapatero ha claudicado antes de decir esta boca es mía, ha cedido en todo antes de cualquier abandono de las armas por parte de ETA.
 
Y en este caso, el problema no es simplemente la torpeza, la cobardía y la ineptitud del jefe del Ejecutivo. El gran problema es que el presidente del Gobierno no se representa a sí mismo en esta historia, representa a todo el pueblo español. Y aunque quiera no puede ir por libre. Además, Zapatero nunca podrá –aunque lo haya intentado– quitarse del medio a las víctimas del terrorismo.
 
Precisamente son las víctimas del terrorismo las que asisten apabulladas a esta actitud del Gobierno Zapatero ante los etarras. No se puede entender la cesión, no se puede entender como se ha renunciado al honor y al reconocimiento de todos aquellos que han muerto por los principios democráticos durante décadas. Tantos muertos socialistas, populares, miembros de las Fuerzas de Seguridad, militares y ciudadanos corrientes. Tantos asesinados en atentados indiscriminados, en atentados selectivos o en coches bomba.
 
Zapatero parece que se ha olvidado de Buesa, Múgica, Pagazaurtundua, Blanco, Ordóñez o Casas. Parece que se quiere olvidar, pero pueden estar seguros que son muchos los ciudadanos que le van a recordar al presidente del Gobierno que está triturando todo aquello por lo que los españoles hemos estado luchando: la paz; la paz a cambio de nada. Este presidente del Gobierno ya no podrá mirar a los ojos a las víctimas del terrorismo. Su actitud no tiene precedentes. La cobardía no se puede explicar.

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