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Agapito Maestre

Pedagogía contra el socialismo-nacionalismo

El federalismo es una estrategia de ocultación y falsificación para que las elites políticas socialistas pacten con las secesionistas el reparto de poder para las próximas décadas de lo que una vez se llamó España, Estado-nación

Nadie pierda el tiempo hablando de las reivindicaciones federalistas de los socialistas. Eso es pura ideología. Un engaño para ocultar lo evidente. El “modelo” federal hace tiempo que lo reventaron los secesionistas vascos y catalanes. El Estado Autonómico representó lo mejor del federalismo, si es que éste contiene algo bueno para España, pero, hoy, hablar del Estado federal o autonómico sólo es, insisto, mera ideología. Una manera perversa para no tratar lo que verdaderamente está pasando. El federalismo es una estrategia de ocultación y falsificación para que las elites políticas socialistas pacten con las secesionistas el reparto de poder para las próximas décadas de lo que una vez se llamó España, Estado-nación. Nacionalistas, terroristas y socialistas sólo tienen una aspiración común: terminar, definitivamente, con el modelo federalista del Estado de las Autonomías. ¡Con este panorama cómo no va ser contundente Rajoy! ¡Lo que sorprende es que haya tardado tanto tiempo en enterarse de lo que estaba pasando!
 
Sí, señor Rajoy, lo felicito por su defensa de que España no puede pactar con terroristas. Sí, señor Rajoy, lo felicito por su contundencia para hacer pedagogía política contra los terroristas. Sí, señor Rajoy, lo felicito por la defensa contundente de los principios constitucionales. Pero advierta, por favor, que nada de eso es posible si usted no logra convencer a los españoles que tan nefasto como pactar con ETA es poner en práctica en el País Vasco el modelo del tripartito catalán. He ahí el otro lugar donde debe concentrar su crítica. Porque es necesario, como usted dice, hacer pedagogía política, tiene que gritar que la “importación”, permítame decirlo así, del modelo catalán al País Vasco es el fin de la nación española.
 
Más aún, tendría que empezar a gritar, pues sólo un ingenuo, o algo peor, puede ponerlo en duda, que el “invento” del Partido Comunista de las Tierras Vascas es fruto de un acuerdo entre Otegui y unas cuantas cabezas “pensantes” del socialismo en el poder, más concretamente de algunos asesores de Interior y de Moncloa. El PSOE necesita urgentemente una “Ezquerra vasca” para poner fin a cualquier reivindicación federalista o similar, pues esa ideología está caduca, e “institucionalizar”, primero, por la vía de hecho y, después, por la reforma, en realidad destrucción, de la Constitución, una Confederación. ¡La Confederación de los pueblos ibéricos! ¡Seguro, señor Rajoy, que le suena esta palabra! Es el funcionamiento del tripartito catalán. Es el trágico modelo asumido por Zapatero.
 
Porque la Confederación, aunque cueste decirlo a quienes defendemos la nación española, está funcionando hace ya tiempo, mayor preocupación de los enemigos de la unidad de España es “juridificar” tal monstruo. A esa tarea están entregados “cientos” de traidores emboscados en las instituciones democráticas. Basta mirar los lugares dónde operan estos personajes para saber que estamos ante el asalto final a España como nación. Perfectamente colocados en los Parlamentos nacionales y autonómicos, y de modo significativo en el Tribunal Constitucional, por no citar instituciones menos relevantes como el Consejo de Estado, están esperando una llamada de la coalición de socialistas y nacionalistas para “justificar” jurídicamente lo que haga falta. Ellos son allí. Como las elites a las que sirven, están dispuestos a matar cualquier cosa que les dé vida, especialmente hay dos artículos de la Constitución de 1978 que quieren matar definitivamente: el 155 y el 149. La supresión del primero es como prohibir la facultad del Estado de intervenir en la Comunidad Autónoma. La supresión del segundo no tiene otro objetivo que reducir al máximo las treinta y dos competencias, aunque en realidad son menos, que son exclusivas del Estado.
 
De estas infracciones, en realidad asesinato de España, que se llevarán a cabo a través de la reforma de Estatutos y del Senado, etc., seguiremos hablando otro día. El asunto lo requiere. Y la pedagogía política, a la que apela Rajoy, lo exige.

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