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Guillermo Rodríguez

Apple cambia de chip

El cambio anunciado por Apple no es baladí: los Mac dejarán de ser Mac. O al menos le cambian el corazón.

Tal vez haya sido consecuencia del éxito de sus reproductores iPod. Es probable que haya influido el liderazgo conseguido en el sector de la venta "online" de música con su tienda iTunes. Está claro que el tres por ciento de cuota de mercado que conseguía, muy a duras penas, en la venta de ordenadores también ha desempeñado un papel crucial. El caso es que Apple, su presidente Steve Jobs y todo su equipo se quieren hacer más grandes. Para ello han decidido abandonar los chips IBM para abrazar los made by Intel. El cambio no es baladí: los Mac dejarán de ser Mac. O al menos les cambian el corazón.
 
Me explico.
 
Si hay algo que diferencia a Mac de los PC es precisamente eso: la diferencia. Los mackeros –forofos, firmes defensores y enamorados de todos y cada uno de los productos que lanza Apple–, siempre han argumentado como una cuestión de honor que ellos son diferentes del 95 por ciento de los mortales. Es decir, de aquellos que tienen un PC con sistema operativo Windows y microprocesadores Intel.
 
Precisamente el cambio de chip aprobado por Apple rompe con esa diferencia: los Mac serán lo más parecido a un PC. Ahora sólo les diferenciará el diseño y el sistema operativo que corra en él. Poco más. Nadie podrá argüir que no era un proceso de mimetización que se veía venir: paulatinamente, los Mac han ido incorporando prestaciones que caracterizan a los PC, al tiempo que perdían parte de su identidad.
 
El nuevo cambio probablemente implique una siempre bienvenida caída de precios de todos los Mac. Porque será imposible que la diferencia de precio que existe en la actualidad se siga aplicando sólo por una cuestión de diseño: nadie pagará mucho más por un Mac por su vistosidad o diseño preciosista. Además, optar por Intel provocará una sensible mejora sobre el producto final. Al fin y al cabo, Apple ha cogido de la mano al líder en el sector de los microprocesadores.
 
Los usuarios de Mac y los nuevos que se van incorporando al menos podrán seguir presentando un argumento incontestable para ignorar los nuevos cambio de Apple  y defender que, en realidad, todo seguirá igual. Y es que por mucho que hagan los rivales, Windows seguirá siendo Windows. Y un chip no impedirá que los Mac sigan siendo un Mac. Intel no conseguirá destrozar una cuestión que, a veces, es puramente sentimental.
 

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