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Víctor Gago

Diplomacia chárter

La raíz colectivista y totalitaria no se ha movido un milímetro, todo lo demás no ha parado de hacerlo. En Canarias no hay idea ni riesgo empresarial que pueda aventurarse en libertad, al margen del salvoconducto del poder nacionalista

No hay diplomacia como los negocios. El Gobierno de Canarias ha fletado un chárter de empresarios y políticos a Rabat, en medio del frontón de diputados y concejales rebotados de El Aaiún. Dos ciudades, dos expediciones, dos caras de la misma izquierda de siempre, dividida entre levantar a los oprimidos o atender a los negocios, entre el tercermundismo y los vuelos sin escalas.
 
Neus Canellas, miembro de la expedición catalana rechazada este miércoles en El Aaiún, no reconoció la autoridad de los agentes marroquíes que la devolvieron a empellones al avión. “Exijo hablar con el representante de la ONU”, dijo a uno de los gorilas, mientras las cámaras grababan el forcejeo. Pero los cascos azules no acudieron al rescate de Neus, que se indignó por ello tanto como por la inhibición del Ministerio español de Exteriores. Pobre Neus, dos decepciones en el mismo día: Moratinos no está y a la ONU no se la espera. Cría cuervos multilateralistas y te sacarán los ojos. La izquierda de a pie invoca a la MINURSO, y así le va, siempre sin bajar de la escalerilla. En cambio, la izquierda airbus, la fetén de la buena, prefiere a Moratinos y Benaissa, y fíjate, dulce Neus, todo es duty free para ella.
 
José Carlos Mauricio comprende mejor que nadie la diferencia. No es lo mismo la escuela de verano de la Stasi que un hotel de cinco estrellas en Meloneras (Maspalomas, al sur de Gran Canaria). No hay color entre llevar a cabo una purga en el PCE, o decidir quién entra y quién no en el negocio del gas natural en Canarias, quién construye un nuevo puerto o a quién se le adjudica un concierto sanitario. La raíz colectivista y totalitaria no se ha movido un milímetro, todo lo demás no ha parado de hacerlo. En Canarias no hay idea ni riesgo empresarial que pueda aventurarse en libertad, al margen del salvoconducto del poder nacionalista. El consejero de Economía y Hacienda opera hoy en todos los mercados como un broker político al que algunas de las más importantes fortunas de las Islas se encomiendan para las grandes oportunidades, siempre propiciadas y dirigidas por el Gobierno. La expedición a Marruecos, encabezada por Mauricio, muestra el reciclaje de la izquierda como Escuela de Negocios. Es la otra cara de la misma impostura. Han comprendido que pastorear a los oprimidos no trae cuenta. Lo que de verdad tiene futuro es pastorear el capital sin cambiar de retórica ni de métodos.

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