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Eduardo Pedreño

La ReSSurrección del push

El RSS es una de esas pequeñas joyas que de cuando en cuando escupe la web para hacernos la vida más fácil en el océano de información en que vivimos.

Corría el año 97 cuando la revista Wired, icono cultural de los 90, le dedicaba la portada a un nuevo concepto dentro de Internet: el push. Por aquel entonces la aparición de empresas como Pointcast (hoy difunta) habían dado un vuelco a la navegación tradicional, e intentaban convertir la Red en un medio pasivo, en el que la recepción de la información primara sobre la búsqueda proactiva de información. Es decir, las noticias actualizadas de un medio llegaban a nuestro escritorio a través de un programa que descargaba la información. El concepto era muy interesante pero se implementó rematadamente mal: en la batalla entró Microsoft con sus Active Channels (una tecnología lamentable, casi se podría decir que intencionadamente mala) y Pointcast tenía el gravísimo defecto de tener un número finito de canales. Es decir, solamente unos cuantos medios privilegiados podían tener canales en el programa. El push fracasó miserablemente en la era de los modems de 28/56Kb y fue pasto del olvido.
 
¿O no?
 
El concepto del push no había muerto del todo. Realmente tenía sentido complementar la navegación con alguna forma de acceso reactivo a la información que nos interesaba. A lo largo del año 99 y 2000 proliferaron los servicios de correo electrónico gratuitos que enviaban actualizaciones y notificaciones de novedades en las páginas. En la misma época la tecnología de AvantGo se popularizaba entres los usuarios de PDA (AvantGo sigue vivo y es casi un estandar en las PDAs). AvantGo descargaba en la PDA canales de información para poder leerlos offline. Cualquiera puede hacer un canal AvantGo y difundirlo desde su página, aunque requiere instalar en su PDA el software de AvantGo. El push, fracasado por culpa de pésimas apuestas que no explotaban el efecto Red, se resistía a desaparecer.
 
Pero la cosa no terminaba ahí. En 1999 Netscape lanzaba un nuevo formato XML llamado RSS (RDF Site Summary, aunque con los años se ha impuesto Really Simple Sindication como nombre más amigable), a través del cual se podía generar un pequeño índice dinámico con las últimas noticias de la página u otros tipos de información. El servicio web MyNetscape fue el primero en permitir la inclusión personalizada de “feeds” RSS. El formato era libre, así que cualquiera podía hacer desarrollos en RSS y permitir la inclusión de esa información en el portal. DiarioRed.com fue uno de los primeros medios en implementar el formato libre en octubre de 1999 y entonces pensábamos que realmente el formato tenía mucho potencial. Ya entonces surgieron sencillos agregadores RSS en web, y la versión 4.7 de Netscape ya incorporaba un lector RSS en su barra lateral.
 
Sin embargo, quienes hicieron evolucionar el formato desde su versión 0.90 hasta las versiones más avanzadas (2.0 o Atom) fueron webloggers que creían que ese potencial se podía explotar hasta límites insospechados. El formato es hoy enormemente rico y permite transmitir muchísima información a través de los ficheros RSS (noticias completas, imágenes, publicidad). Pero alrededor del formato han surgido docenas de empresas, programas de software libre y servicios que explotan el potencial del RSS a lo largo y ancho de la blogosfera. Los medios tradicionales, que como de costumbre han llegado tardísimo a la revolución, ya tienen sus feeds RSS y el fenómeno push ha vuelto de manera imparable. Hoy día no utilizar un lector RSS es perderse una buena parte del encanto de la web, porque los lectores RSS nos permiten estar al tanto de las novedades de muchas páginas, mantenernos al día sin necesidad de navegar por decenas de páginas, hacer búsquedas, gestionar la información y enriquecer nuestra navegación.
 
Servicios que utilicen RSS hay mil. En web, por citar algunos: Feedness, Bloglines o Feedburner. En nuestro escritorio hay programas gratuitos o de pago que permiten añadir tantos canales como queramos: FeedReader, Feeddemon, FeedExpress o NewzCrawler. El programa de correo de Mozilla, Thunderbird (muy recomendable, por cierto) ya incorpora RSS y sus creadores prometen ampliar su funcionalidad en futuras versiones. Empresas como NewsGator integran y sincronizan los feeds RSS en el escritorio, la web, la PDA y el móvil. Y gigantes como Google ya preparan publicidad Adsense para los ficheros RSS, porque obviamente el potencial económico de un formato con tanto éxito puede ser explotado de forma poco intrusiva. El formato ha evolucionado hasta el punto que lo que ahora hace furor en la web son los Podcast, feeds RSS vinculados a arhivos de audio que se descargan en un reproductor de mp3 portatil tipo iPod. Las principales radios españolas ya lo utilizan, por ejemplo.
 
La industria que se ha creado en torno a un simple estándar abierto es por tanto importante, una muestra más de a lo que conduce el talento, la apertura de formatos y la democratización de la información. En 2005, gracias a la proliferación de los weblogs, el push ha conseguido revolucionar la web a la manera que se vislumbró en 1997. El RSS es una de esas pequeñas joyas que de cuando en cuando escupe la web para hacernos la vida más fácil en el océano de información en que vivimos.

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