Neocons, o Neoconservadores, son llamados los malvados que se supone tienen en sus garras al no menos pérfido Presidente de EEUU. Se consideran los responsables del MAL en el mundo: desde la guerra al hambre, pasando por el cambio climático. Nosotros tenemos algo así pero al revés: los Neocoms, o Neocomunistas, que son las garrapatas, los lémures, que tienen agarrado por “do más duele” a nuestro asombroso, pasmoso, Presidente. Me refiero, claro, a Esquerra, Iniciativa per Cataluña, etc..., que proponen que todo ciudadano, “sólo por serlo, perciba una renta igual al 50% de la renta media de su comunidad autónoma”. ¿No es delicioso? ¡Ya era hora, una propuesta de izquierdas con sabor a clásica!
Supongo que no hace falta ser economista para sospechar las catastróficas consecuencias de tal medida; pero en este país milagrero, en el que no falta voluntarismo a raudales, quizás no esté de más recordar que tal medida se parece como un huevo a otro a lo que intentaron los soviéticos y todos los regímenes comunistas, con resultados económicos tan escalofriantes, que lo que asombra es que hayan caído en el mayor de los olvidos. Es la quintaesencia de Marx: “De cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades”. Esta es la más contundente prueba de que Marx, pese a sus lecturas de David Ricardo en el British Museum, no tenía la más elemental idea de economía. La memoria histórica es corta, pero la memoria marxista es, simplemente, amnésica, y los fracasos sangrientos del comunismo, las hambrunas provocadas por él en Rusia o China, no ocupan lugar en la memoria de estos sucesores, que siguen rindiéndole pleitesía. Son, eso sí, una mala copia de sus predecesores, pero no por ello inofensivos: imagínense una Cataluña independiente gobernada por estos geniecillos...