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Ignacio Villa

Zapatero no cuenta con las víctimas

Zapatero con las reuniones en la Moncloa con las distintas asociaciones de víctimas ha demostrado con los hechos que no se puede contar con él. No va a defender sus intereses ni va a reconocer su valor

El encuentro que han mantenido, la mañana del martes, la Asociación de las Víctimas del Terrorismo ha sido el vivo ejemplo de como es –en la actualidad– la relación de Zapatero con las víctimas. Un presidente del Gobierno incómodo, un ministro del Interior difuso y un Comisario en silencio ha sido la imagen final y real de más de dos horas de reunión.
 
Zapatero ha vuelto a utilizar su estrategia de siempre que ya conocemos todos. Intentar dar un golpe de efecto pensando que los ciudadanos estamos en un estado permanente de atontamiento. Y esta vez el presidente del Gobierno se ha equivocado estrepitosamente. Ha vuelto a intentar jugar con las víctimas del terrorismo, una actitud tan perversa que él mismo se ha descubierto. Después del rotundo éxito de la manifestación de las víctimas en Madrid, después de la respuesta masiva de esa convocatoria Zapatero no tuvo más remedio que convocar a ese colectivo al Palacio de la Moncloa.
 
Lo ha hecho tarde y mal. No con la intención de dialogar, ni siquiera de cambiar impresiones. Zapatero ha dejado claro a las víctimas que no va a cambiar de política y de estrategia, y que por lo tanto la puerta del diálogo está abierta con los terroristas. El presidente del Gobierno ha sido incapaz de explicar nada de nada. No tiene razones que justifiquen la no ilegalización de los comunistas de las Tierras Vascas; no sabe que decir ante la ruptura del Pacto Antiterrorista; es incapaz de balbucear tres palabras que expliquen la moción parlamentaria de apoyo al diálogo y se muestra ausente ante cualquier gesto que transmita apoyo real a las víctimas. En definitiva, una auténtica pena.
 
El presidente del Gobierno ha conseguido algo que nunca había pasado. La distancia, la frialdad y la tensión entre el Ejecutivo y las víctimas. Durante estas décadas de democracia se han vivido momentos mejores o peores, pero nunca se había llegado a este límite. Zapatero se encuentra fuera de sitio con las víctimas del terrorismo. Quién tendría que ser el apoyo y el consuelo se ha convertido en un témpano de hielo. Alonso, el cauce normal de relación desde el Ejecutivo, se muestra esquivo y alejado. Peces Barba, designado como "comisario" para el control de las víctimas, se ha erigido en el gran problema, en muy pocos meses se ha posicionado como el gran enemigo para los intereses de las víctimas, entre torpezas y barbaridades, se encuentra absolutamente inhabilitado.
 
En definitiva, Zapatero con las reuniones en la Moncloa con las distintas asociaciones de víctimas ha demostrado con los hechos que no se puede contar con él. No va a defender sus intereses ni va a reconocer su valor. Zapatero se ha desenganchado, está a los suyo. Y lo suyo es abrir el cauce de negociación con los terroristas. El panorama, como ven, es pavoroso.

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