El “nacionalismo mercantilista” –la acuñación es de Paulino Rivero, que añadió: “a mucha honra”– ha descubierto en Bill Clinton un filón contra la pobreza en el mundo y a favor del golf en Abama, el cielo en la tierra que Jesús Polanco ha construido en Guía de Isora (Tenerife), sólo para quienes no están acostumbrados a que les hagan esperar.
El Ayuntamiento, de maciza mayoría socialista, acaba de nombrar Solidario del Año a Rafael Simancas, azote compasivo del Doctor Muerte. Y el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior (CC), anuncia que Clinton vendrá el próximo 25 de julio a Tenerife, a exponer su receta contra la pobreza en el África subsahariana y a promocionar el turismo de golf en el África europea, todo en el mismo pack y por una módica millonada. Alguien tiene que ayudar a sostener el retiro del galán del perjurio y, por lo demás, la campaña de Hillary no se financia sola, así que CC ha decidido que los contribuyentes canarios arrimen el hombro. Es lo que tiene ser una “plataforma de solidaridad y cooperación”, como define a Canarias José Carlos Mauricio.
El Gobierno nacionalista se dispone a prorrogar hasta diciembre de 2006 el contrato con Socater, la productora que suministra, en exclusiva, los contenidos a la Televisión Canaria, gestionada por Sogecable. El canal autonómico, con una audiencia que ronda el 12%, dará beneficios en 2005, por primera vez, después de seis años de emisiones. Pero su factura contra los fondos públicos no deja de aumentar. Este jueves, el Consejo de Administración del ente público Radio Televisión Canaria ha aprobado un proyecto presupuestario que asciende a 49,6 millones de euros para 2006, casi 20 millones más que lo estipulado en el contrato adjudicado a Socater en 1999. Sigue siendo una televisión barata, es cierto, si se compara con los presupuestos que manejan otros canales autonómicos, pero también es cierto que sigue siendo un canal ignorado por 88 de cada 100 espectadores canarios después de seis años, y no por casualidad, sino por la mala calidad de los programas suministrados por la productora, que fue a Canarias a llevárselo crudo de los contribuyentes.
El anterior director de la Radio Televisión Canaria, Francisco Moreno, era partidario de prorrogar por seis meses, y no por un año, el contrato con Socater. Por eso fue destituido hace un mes y reemplazado por un antiguo empleado de la SER, Santiago González, en quien también concurre el mérito de haber trabajado en la fontanería política de CC, como asesor del alcalde de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo. El nacionalismo mercantilista ha puesto en bandeja al conglomerado de PRISA no sólo la prórroga, sino la renovación del contrato por otros siete años. Porque, ¿quién se atreverá, en diciembre de 2006, seis meses antes de las Elecciones autonómicas y locales de 2007, a disputarle a Socater-Sogecable el contrato de la Televisión Canaria? A cambio, CC obtiene del conglomerado PRISA barra libre para la promoción de su papel de figurante en la película de Zapatero.
