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Alejandro A. Tagliavini

Proxima cumbre de las Américas

Bajo este ambiente, fracasará Mar del Plata, como fracasó la cumbre de Monterrey. Lo peor es que nosotros, los ciudadanos, pagamos la fiesta. Gastos que, por cierto, no son menores

Estados Unidos teme que la IV Cumbre de las Américas, a realizarse en la ciudad argentina de Mar del Plata, el 4 y 5 de noviembre, con la presencia de todos los presidentes de la región excepto Cuba, sea una nueva frustración al estilo de Fort Lauderdale, Florida, donde la Asamblea General de la OEA concluyó con más divergencias y agresiones que consensos.
 
Se esperan, además, manifestaciones callejeras en esta Argentina acostumbrada a soportarlas a diario. O, peor aún, algún atentado en este paraíso de terroristas donde, la comunidad judía y los familiares de las víctimas de la bomba que estalló en la mutual judía AMIA, matando a 85 personas el 18 de julio de 1994, siguen reclamando una investigación que no adelanta por encubrimiento estatal.
 
La agenda de trabajo argentina se reduce al lema: "Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática". Esto originó un debate ideológico insalvable en el Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres (GRIC), que prepara el terreno. EEUU defiende, con cierta timidez, la libertad de mercado, la seguridad jurídica y la lucha contra la corrupción como base para crear empleo. Pero sólo tiene el apoyo de Canadá y, a medias tintas, del gobierno socialista chileno.
 
Argentina pretende la aplicación de políticas activas del Estado, es decir, más estatismo, con el franco apoyo de Brasil, Venezuela y muchos otros gobiernos de la región. Los estatistas no quieren que el Estado que los enriquece pierda poder, sino que pretenden "la reforma del sistema financiero internacional" para obtener más préstamos con menos "inconvenientes". Y la administración Bush no quiere hablar de la eliminación de sus subsidios agrícolas.
 
EEUU sabe que Hugo Chávez provocará fuertes discusiones. ¿Qué puede esperarse del gobierno "más nefasto que ha tenido Venezuela", según afirma el cardenal Rosalio Castillo Lara? Ese cardenal venezolano llamó a desconocer al Ejecutivo, ya que según el artículo 350 de la Constitución el "pueblo debe desconocer cualquier régimen que sea contrario a la democracia". El presidente le contestó al cardenal: "Da tristeza y asco. Es un golpista, un bandido, un inmoral… alcahueta, fariseo y diablo bajo sotana".
 
En un documento titulado "Al Señor tu Dios adorarás y a El sólo servirás", los obispos de Venezuela, aseguraron que "un discurso belicista y una militarización creciente del conjunto de la vida social generan... una atmósfera... de temor”. Según Latinobarómetro, la Iglesia Católica es para el 75% de los latinoamericanos la institución más confiable y respetada, por encima de políticos, periodistas, empresarios, policías y jueces.
 
"Venezuela y Haití difícilmente califican hoy como democracia" apunta el informe anual del Diálogo Interamericano sobre las instituciones en América latina y el Caribe, redactado por 100 destacados analistas y firmado. Chávez es una "fuente potencial de inestabilidad regional", lo que no sería preocupante si no fuera que "las revoluciones cubana y venezolana ya son una sola".
 
Según Chávez, 1.849 empresas pueden ser expropiadas por haber cerrado o por estar operando a media máquina. De hecho, Chávez ya expropió a dos compañías privadas paralizadas e hizo lo mismo con una productora de papel. En abril, decretó la expropiación de la empresa privada Constructora Nacional de Válvulas, que quebró hace dos años. Así suma una nueva amenaza al proceso de expropiación de tierras "improductivas" lanzado el año pasado. El presidente venezolano advirtió que si no se ponen a funcionar serán expropiadas y ofreció a sus dueños ayuda estatal a condición de aceptar la “cogestión bolivariana” de los trabajadores.
 
Bajo este ambiente, fracasará Mar del Plata, como fracasó la cumbre de Monterrey. Lo peor es que nosotros, los ciudadanos, pagamos la fiesta. Gastos que, por cierto, no son menores. Solamente desde EEUU llegarán la CIA y el FBI, con helicópteros de combate, aviones y buques de guerra. La libertad, que es lo que queremos, cuesta mucho menos, basta con que cada gobierno derogue sus leyes intervencionistas y coercitivas.

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